¡PROMESAS… SOLO PROMESAS!

CUBA¡PROMESAS... SOLO PROMESAS!

Por Anette Espinosa ()

La Habana.- Allá a donde va, Miguel Díaz-Canel no se puede resistir, y hace alguna promesa. Ya no se trata de esas ridículas de fin de año, a veces mal montadas, en las cuales asegura que los próximos 12 meses serán mejores, sino suelta casi juramentos de que el gobierno va a resolver las diferentes situaciones que enfrenta la gente.

Va el dizque mandatario acompañado de medios de prensa, los suyos y otros de algunos de los sitios por donde pasa, los cuales se encargan de repetir cada una de las tonterías que dice, con hincapié, sobre todo, en las promesas. Los periodistas están esperando esas palabras que a algunos les pueden parecer mágicas, pero que a otros les suenan huecas, para soltarlas al aire.

Puede ser una imagen de 4 personas y texto«Vamos a pelear juntos», «vamos a salir adelante», «estamos con ustedes, pero hay que guapear», «la revolución no los dejará abandonados», «la única opción es triunfar», «nadie quedará desaparado»… y por ahí para allá una sarta de frases inconexas e incoherentes, aprendidas casi de memoria de sus tiempos de estudiante en la escuela del partido, con el único objetivo de dejar una imagen positiva entre aquellos que cada vez creen menos y dudan más.

Así lo hizo ayer en Artemisa. Y unos días antes en Guantánamo, y lo hará en el sur de Granma cuando se le ocurra estar por allí. Y también cuando responda alguna pregunta en televisión sobre la situación del Sistema Energético Nacional, las entradas de combustible, o cualquiera de esos temas sobre los cuales lo interrogan, con preguntas pactadas, por supuesto.

Su paso por los sitios afectados por las últimas catástrofes naturales deja un halo de escepticismo tremendo en todos, menos en esos que salen en las fotos con el impuesto presidente, que son escogidos de antemano, y también en los reportes de la prensa, que se hace eco de todas las tonterías que dice el presidente, y que no son pocas.

Los del primer anillo a su alrededor, le van a reír las gracias y hasta se van a erizar. Los periodistas se conformarán con repetir cada una de las tonterías que diga, cada promesa, y si alguien tiene dudas no tiene que ir al Granma, sino a El Artemiseño, el libelo del partido comunista en la provincia de Artemisa, para que vea cómo los que trabajan allí se creen los inventores del nuevo periodismo y aseguran, a veces con frases rimbombantes, que todo volverá a ser como era hasta hace poco (aunque hasta hace poco no estaba bien).

Puede ser una imagen de 8 personasSin embargo, más allá del primer anillo, a espaldas de los escoltas, los sufridos habitantes de esos sitios ni se inmutan por escucharlo. Saben que lo que diga el Hombre de la Limonada se lo llevará el viento, porque él, como supuesto representante máximo del Estado, no tiene con qué resolver los problemas de las personas, ni paliarlos.

El que no tiene casa, porque el huracán se la llevó, sabe que no la tendrá, a menos que se las arregle para pagar cemento carísimo, bloques, cabilla, arena y un albañil que cobrará como uno de los orfebres que trabajó en el Vaticano, porque el gobierno, si acaso, le asignará un exiguo subsidio que apenas alcanzará para pagar la merienda del albañil.

Constata Díaz-Canel recuperación de Artemisa - Periódico VanguardiaEl gobierno cubano no hace casas. No construye, porque no tiene recursos. Solo las fuerzas armadas, con el dinero que se roban de las empresas que administran, tiene planes de viviendas para sus oficiales. Y en los municipios priorizan a dirigentes, policías y segurosos. Los demás no son prioridad para nadie, por más que Díaz-Canel haga promesas.

Como Cuba no tiene corriente, las fábricas de cemento que quedan, están paradas. No se producen bloques ni ladrillos, y el acero de la industria del Cotorro lo destinan al turismo y a otros fines, menos a ayudar a los que quedan desamparados, que solo interesan cuando el nombrado presidente acude a esos lugares, porque no le queda más remedio.

Al final, Díaz-Canel no pertenece a esa clase de desposeídos que prima en Cuba. Tiene casa buena, alimentación de primera asegurada, personas que lo cuidan, con qué moverse, vacaciones, buenas bebidas… y cuando uno vive en esa situación, el vulgo le importa tan poco que le cuesta poco trabajo volver de vez en cuando y hacerle promesas.

Prometer y prometer es la premisa de los políticos. Y de algunos más que otros, porque los nuestros no pueden cumplir ni una centésima parte de lo que prometen. Díaz-Canel es la prueba. Y si alguien piensa lo contrario, que me diga una de las que ha cumplido desde que asumió como presidente.

 

 

 

 

 

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