Por Laritza Camacho
La Habana.- «¿Tienes cambio para esto?», me preguntó un viejito en el parque, mientras me mostraba un billete de 10 pesos…
10 pesos que, como el kilo de antaño, no tiene vuelto; pero a él lo abrumaba tener que coger la guagua sin los dos pesos en la mano…»porque esto es lo único que tengo y si el conductor no tiene cambio, no se lo puedo dejar, mija…he visto gente que lo hace pero yo no puedo»
– Coja, abuelo, esta moneda de tres pesos la llevo como talismán de suerte… nada mejor que dársela a usted.
Me dio las gracias y todavía agregó…»me duele también dejarles el pesito que sobra»
– Pero no tengo cambio para eso abuelo…
Y me quedé pensando en los héroes de los billetes…arrugados en el bolsillo de quien los tiene…arrugados en el alma de quien le falta…pensando en el cambio…
(Esto lo viví realmente hace un año…he tenido otras vivencias parecidas…se que tú también y cada día peor…hoy, ya no pienso en los héroes y mártires de los billetes… sólo en …)