Por Mauricio de Miranda Parrondo
Cali.- Algo que me llama poderosamente la atención es que supuestamente esta iba a ser una elección que estaba convocando a muchísimos estadounidenses por el nivel de polarización de los discursos y lo que estos significaban.
Realmente no entiendo. Los economistas -como ya lo he dicho muchas veces- tenemos la «mala costumbre» de buscar en las cifras el soporte o no de nuestros análisis.
En las elecciones de 2020, Joseph Biden obtuvo 81.281.888 votos populares, mientras Donald Trump recibió 74.223.251 votos. En las elecciones de 2024 Trump gana con 71.860.349 votos. Esto significa que el ganador de las elecciones lo hace con 2.362.902 votos menos. Mientras tanto, Kamala Harris recibió 67.122.419, lo que significa una contracción de 14.159.469 votos respecto a los obtenidos por Biden en 2020.
Es evidente que en ella funcionó el voto de castigo respecto a la administración que fue incapaz de demostrar que realmente no lo hizo mal. Esto, por supuesto, es mi opinión y ya se que me caerán en pandilla con lo del precio de la gasolina y de las casas, cosas que por cierto no tienen que ver con la gestión de un gobierno que no fija precios.
Pero ¿cómo es que el ganador de la elección recibe más de dos millones menos que los que obtuvo hace cuatro años?
Sumando los votos de los candidatos de otros partidos e independientes en ambas elecciones resulta que en la que concluyó ayer votaron 17.059.409 menos personas. ¿Tiene eso sentido? Me llama poderosamente la atención.
Que conste, no estoy lanzando una teoría de la conspiración, solo me genera dudas, teniendo en cuenta que era de suponer que en esta contienda participaran más votantes, incluso quienes no se veían representados por ninguno de los dos contendientes.
Nota: La fuente de los datos es Wikipedia, que suele ser buena para este tipo de cosas.