FIHAV 2024: UNA FERIA DE NEGOCIOS EN UN PAÍS SIN ECONOMÍA Y DESTRUIDO

CUBAFIHAV 2024: UNA FERIA DE NEGOCIOS EN UN PAÍS SIN ECONOMÍA Y DESTRUIDO
Por Alina Bárbara López Hernández ()
Matanzas.- Y mientras, en un universo paralelo, trascurre desde ayer la Feria Internacional de La Habana (Fihav) 2024. Con sede en Expocuba, se organiza en veinticinco pabellones, y tendrá encuentros empresariales, rondas de negocios, seminarios y conferencias, entre otras actividades.
Así nos ilustra Cubadebate:
«Con la presencia del primer secretario del Comité Central del Partido Comunista y presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, quedó inaugurada este lunes en Expocuba la 40 Feria Internacional de La Habana.
Al dar la bienvenida a los expositores, Oscar Pérez-Oliva Fraga, ministro del Comercio Exterior y la Inversión Extranjera, dijo que este año la feria tiene una connotación especial, pues se celebra el aniversario 40 de su concepción en 1984, gracias a la visión del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz.
Comentó que esta cita se desarrolla en el contexto de las importantes transformaciones que vive Cuba para corregir distorsiones y reimpulsar la economía.
“La amplia participación del empresariado extranjero es una muestra de la confianza de ellos en el país y una confirmación de que Cuba está abierta al mundo para promover nuevas inversiones, sustituir importaciones y acceder a otros mercados”, destacó el también presidente del comité organizador de Fihav.
El ministro adelantó que como parte de la feria se desarrollará el VII Foro de Inversiones, en el cual se presentarán una actualización de la cartera de oportunidades de negocios cubana y la revista Cuba Foregin Trade».
El ministro comentó sobre la pertinencia de realizar esta feria en las actuales circunstancias internas, particularmente en una situación de contingencia energética y luego de sufrir los embates del huracán Oscar en el oriente del país.
Fihav 2024 se presenta como una plataforma crucial para el fortalecimiento de los lazos comerciales y de inversión entre Rusia y Cuba, sustentados por la histórica amistad entre ambos pueblos.
Dejo acá el enlace al artículo para los que deseen leerlo completo.
Ahora volvamos a la realidad. Más allá del evidente objetivo de atraer inversores extranjeros, pues somos un limitado mercado receptor de mercancías dada la reconocida insolvencia del Estado cubano para hacer importaciones, y la escasa posibilidad de un empresariado privado para grandes negocios, me pregunto: ¿qué puede ofrecer al mundo la economía cubana, destruida por décadas de deformación estructural, voluntarismo, incompetencia, y políticas erróneas?
Ni siquiera la exportación de servicios profesionales sería hoy lo que fue en otros momentos, debido a la estampida migratoria que ha sacado de la Isla a miles de profesionales altamente calificados de todos los campos.
Me pregunto asimismo: ¿cuáles son las «importantes transformaciones que -según el ministro- vive Cuba para corregir distorsiones y reimpulsar la economía?
No conozco un solo ejemplo de medida o política exitosa desde que el gobierno declaró que había que corregir el desastre que significó la «Tarea Ordenamiento», de eufemístico nombre, aplicada desde el 1ro de enero de 2021, ¡hace ya casi cuatro años! Que alguien me corrija si estuviera equivocada.
La temporada alta del turismo, que debió comenzar en noviembre, ha sido un fracaso. Los hoteles están muy por debajo de sus capacidades, algunos casi vacíos, y, ante la insalubridad imperante, el clima deteriorado (meteorológica y políticamente hablando), y los cortes de electricidad, que incluso dejaron a Varadero, principal polo turístico insular, sin corriente durante cinco días; difícilmente se logre revertir esa tendencia.
La industria azucarera, destruida desde hace más de dos décadas por una catastrófica determinación de la burocracia, ha afectado profundamente a otras ramas de la economía y convirtió a Cuba, de gran exportadora mundial de azúcar hasta 1989, en incapaz siquiera de sustentar su demanda interna.
Somos un país absolutamente dependiente de otros, a un nivel tan alto como nunca antes lo habíamos sido. Qué podemos ofrecer al capital extranjero que lo atraiga, a no ser que comprometamos nuestra soberanía.
Alertó José Martí en la Conferencia Monetaria Internacional Americana, convocada por los Estados Unidos en 1891: “El pueblo que compra, manda. El pueblo que vende, sirve”. Eso da la medida del desastre. Hemos perdido la capacidad de comprar y de vender. Solo queda esperar -ojala que no de brazos cruzados-, que el grupo de poder corrupto que maneja la política cubana como su coto exclusivo, entregue a la nación esclavizada a intereses foráneos, (o propios bien camuflados).
De momento, llama mi atención que la revista que se presentará en el VII Foro de Inversiones: «Cuba Foregin Trade», tiene un nombre ajeno a nuestro idioma.
Pero recuerdo entonces que el país está destruido a niveles tales en su infraestructura básica, que ni regalándolo sería una tentación para los inversores. Tal es así, que a pesar de las declaraciones de «histórica amistad» entre «los pueblos» (entiendase » los gobiernos») de Rusia y Cuba, el gobierno de aquel país, más allá de declaraciones y visitas de submarinos, no muestra la disposición a ser el pilar de la burocracia cubana, como sí lo fuera la antigua URSS en el pasado.
No obstante, quienes dirigen Cuba parecen vivir en otra época y dimensión. Una donde la vida es color de rosa, «nadie quedará desamparado», «no tenemos presos políticos» y «Cuba avanza y eso les duele».

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