Por Víctor Ovidio Artiles ()
Caibarién.- Y resulta que Satanás, como buen Príncipe de Mal, se reunió con el Consejo Supremo para analizar el caso Cuba, como suele llamársele en esos candeleros lares. Uno a uno fue dando la palabra a cada Ángel del Infierno para que hicieran sus propuestas.
Salieron algunas propuestas realmente interesantes. Uno propuso una infección masiva de estafilococos en forma de forúnculos debajo de los brazos, barriga, nalgas y testículos, pero la Secretaria de Insalubridad aclaró que eso ya existe.
Otro angelito de la maldad propuso tupiciones y basureros en las calles para que la peste no dejase vivir a las personas. El Ministro de Contaminación Ambiental lo regañó fuertemente pues no se había preparado lo suficiente.
Una angelota gorda y rubia, conocida en el inframundo como Malvina Pelo Feo, propuso mantener en la oscuridad el mayor tiempo posible para que el calor nos mate. Un martillazo en la mesa la hizo callar.
Judas de la Caridad Martínez, representante del Ministerio de Deportes Satánicos, presentó una medida novedosa, según él: Hacer perder a la mayoría de nuestros atletas y hacerlos partir a otros países. El propio Satanás se puso de pie, más rojo que de costumbre y lo puso como un trapo. «Serás anormal. Ese acuerdo ya está cumplido hace tres Congresos. Sean creativos, coño».
Un silencio diabólico se apoderó de la sala. De pronto pidió la palabra el responsable de los asuntos contables del Infierno. Es un chico malísimo de pelo canoso y nariz de puerco. Su idea se basaba en un plan enrevesado que fomentaría la economía de mercado donde la oferta y la demanda definirían los precios.
Para que su infernal estrategia tenga éxito, según él, se requiere desorganizar todo, desmotivar los cuerpos de inspección y supervisión y desarmar las producciones importantes. Se armó un escándalo en la sala y le gritaron cuanta ofensa se les ocurrió «guanajo, ordenador, gil, bobalicón…».
El diablo, bastante cabroncito, se puso de pie y, dando dos rabazos en la mesa, los regañó vehemente. Con esa tontería no iban a lograr joder más a la gente. Reconoció el mal trabajo con la reserva de cuadros del Infierno y la falta de capacitación. Echando espuma por la boca, recordó que con todo y esos males la gente sigue en pie. Levantó la sesión y dio un mes para escuchar verdaderas propuestas.
