Por Edi Libedinsky ()
Buenos Aires.- El Templo de Hatshepsut, también conocido como el Templo Mortuorio de Hatshepsut, es uno de los logros arquitectónicos más notables del antiguo Egipto, ubicado en la orilla oeste de Luxor.
Este impresionante templo fue construido durante el reinado de Hatshepsut, la quinta faraona de la XVIII Dinastía y una de las pocas faraonas del antiguo Egipto. El templo es famoso por su diseño único en terrazas, que consta de tres niveles de columnas que se elevan dramáticamente contra los acantilados de Deir el-Bahari.
La integración armoniosa del templo con su entorno natural ejemplifica la brillantez de la arquitectura del antiguo Egipto. El templo estaba dedicado principalmente al dios Amón, así como a la propia Hatshepsut.
El templo de Hatshepsut es un templo de la época de Hatshepsut, que cuenta con intrincados relieves y tallas que representan su nacimiento divino y sus exitosas expediciones comerciales, en particular el famoso viaje a la tierra de Punt.
El reinado de Hatshepsut estuvo marcado por la paz y la prosperidad, y su templo sirve como testimonio de sus contribuciones a la sociedad del antiguo Egipto, incluidos proyectos de construcción monumentales y expansiones comerciales.
Las paredes del templo están adornadas con detallados relieves y pinturas que narran eventos significativos de su vida, incluido su ascenso al trono y su conexión divina. Estas obras de arte brindan información valiosa sobre las creencias, los rituales y la vida cotidiana de los antiguos egipcios.
El legado de Hatshepsut como una poderosa líder femenina continúa fascinando a historiadores y visitantes por igual. El templo se erige como un símbolo de su fuerza y determinación en una sociedad dominada por los hombres, lo que refleja las complejidades del género y el poder en el antiguo Egipto.
El Templo de Hatshepsut no solo es una maravilla arquitectónica, sino también un hito cultural significativo que ofrece una visión de la rica historia y el legado de uno de los faraones más influyentes de Egipto.
