Por Pedro Monreal (El Estado como tal)
La Habana.- Es problemático centrar la solución de la crisis del agro cubano en la eventual inversión extranjera porque la notable contracción de la inversión en el sector expresa un deformado patrón inversionista que refleja prioridades resultantes de decisiones políticas internas.
La persistencia del reducido peso relativo de la inversión agropecuaria (apenas 2,5 por ciento de la inversión total) parece indicar que la “prioridad” oficial respecto a la seguridad alimentaria no pasa de ser una consigna. La inversión agropecuaria fue 15 veces inferior a la relacionada con el turismo.
Otro aspecto problemático de la presentación en el evento de la FAO fue la identificación del programa “Mano de la Mano” de esa organización como “espacio” para la inversión extranjera, soslayando su función como “laboratorio de datos de la FAO”.
En el marco de la iniciativa de la FAO “Mano de la Mano” (centrado en datos) pudiera ser incierta la credibilidad de un gobierno como el cubano que en años recientes ha aplicado un “apagón estadístico”, cesando la publicación de importantes informes del agro.
Es superficial el intento de presentar las 11 mil MIPYMES del país como un punto de “enganche” de la inversión extranjera en el sector agroalimentario porque estas muy poco tienen que ver con una producción agropecuaria que tiene alto peso privado, pero sin formato empresarial.
En términos de actores nacionales, el agro es el único sector de la economía cubana donde no es válido el relato oficial de que la empresa estatal socialista es el “sujeto principal”. Es el privado, aunque la rigidez ideológica lo identifica como «personas naturales» (no empresas).
En una charla promocional se dramatizan y se minimizan factores, pero puede llegarse a un punto donde la carencia de autocrítica desvanece el realismo del mensaje. La crisis del agro cubano es anterior a la pandemia y EE.UU es un importante suministrador de alimentos.
El agro cubano requiere inversión extranjera y colaboración internacional, pero la solución de su tremenda crisis necesita transformaciones de propiedad, empresa privada, énfasis en el mercado, una institucionalidad de apoyo, y garantías jurídicas al privado.