Por Joel Fonte ()
La Habana.- La protesta pacifica contra las injusticias, contra los abusos provenientes del Poder, constituyen un derecho humano universal.
-Y qué puedo hacer yo solo? ¿Cómo puedo ayudar a que cambie este país, a que cese tanto crimen contra el pueblo…?
-Puedes hacer mucho: ¿Quitaron la electricidad…? ¿No tienes agua, no tienes cómo cocinar los alimentos a tus hijos, o ni siquiera tienes alimentos que darles…? Llévalos contigo, todos juntos, cada uno con un caldero o plato vacío, y reclamen ese derecho humano a la alimentación, al agua, en los locales del partido Comunista y de los ‘gobiernos’ de cada municipio.
Reúne contigo a otros que estén en igual situación.
Si allí no los atienden, si no les dan respuesta efectiva a sus reclamos, pues se sientan en un lugar público, como forma de protesta cívica, frente a esos locales.
¿Necesitas medicamentos para tu familia, para tus ancianos padres, para tus hijos… y en la farmacia no encuentras ninguno?
Toma las indicaciones médicas y ve a exigir que te los proporcionen a las direcciones de salud pública de cada municipio, o a esos mismos locales del ‘partido’ y del ‘gobierno’.
Indaga dónde viven los secretarios del partido en tu municipio, los gobernadores del territorio, y ve a sus casas a exigirles que cumplan las obligaciones propias de sus cargos, y que tantos privilegios les proporcionan.
Nada exaspera más a un funcionario que sufrir el acoso justificado de aquellos a quienes debería servir, y que menosprecia.
Tienes muchas formas de manifestarte frente a las injusticias, de mostrar tu civismo, y ninguna de ellas constituye delito, ninguna de ellas justifica que seas reprimido.
Quien lo haga, quien de o ejecute la orden de actuar contra ti, es quien delinque, es el verdadero delincuente, y deja de ser la autoridad.
Acude a los bufetes colectivos de cada municipio, e indaga tus derechos ciudadanos.
Un país cambia por cada uno de nosotros. Basta de tolerar injusticias. No más temor. ¡No más dictadura en Cuba!