Por Joel Fonte ()
La Habana.- No fue para servir de esclavos hoy que los fundadores de la patria se levantaron más de siglo y medio atrás.
Creo que la imagen que mejor grafica lo que significamos para estos infames y corruptos que secuestran el país, son los restos de animales que venden al pueblo.
Huesos vacíos que simbolizan el desprecio hacia quienes los mantienen en el poder. Una bofetada a la dignidad de nuestra gente.
¿Tratarias así a un hijo, a un padre a quien amas, a quien dices querer? Les arrojarías los huesos, los mirarías menguarse, desfallecer hambrientos, mientras comes la carne que alimenta?
Los análisis macropolíticos, macrosociales, se pueden simplificar enormemente llevándolos al plano doméstico, a la sencilles de nuestras vidas.
Ese gobierno que arroja restos al pueblo, es el mismo gobierno corrupto, ladrón, represor, que tenía la corona española en Cuba cuando la esclavitud apagaba las vidas de decenas de miles de negros y los hombres más liberales de su tiempo, de los que fue abanderado Céspedes, pusieron su virilidad, su coraje por delante, y se levantaron en armas para construir una república que se alcanzó 34 años después.
Esos hombres lo dieron todo por sus ideales. Eran blancos acaudalados, dueños de centrales azucareros, de propiedades, no sufrían privaciones, pero el sentimiento de rebeldía, el dolor de vivir en un país despojado de derechos y libertades -ya Abrahan Lincoln, solo unos años antes, había abolido la esclavitud en medio de la Guerra Civil, y América casi completa se había independizado de España- les era insoportable.
Y lo entregaron todo por sus ideas. Entregaron hasta la vida. ¿Qué esos hombres ya no habitan esta tierra? ¿Qué los cubanos de hoy somos unos cobardes? No.
Quienes piensan así; y más aún, quienes difunden esa idea -cuando no lo hacen por el pesimismo que emerge de desconocer nuestra historia de rebeldía, o por el dolor que nos pone emotivos, decepcionados a veces, y nos lleva a olvidar todos los medios que el régimen emplea para contenernos- solo favorecen al Castrismo, que busca alimentar el desaliento, la idea de que somos incapaces frente a su poder.
Pero no es así. Y la historia más reciente, y los tiempos por venir, darán fe de que la nación cubana tiene en su sangre la rebeldía y el coraje de los que, con solo un machete en la diestra, y el pecho desnudo, se lanzaban de frente a la muerte, sabiéndola cierta.
No más temor. No más dictadura en Cuba.