LA ODISEA QUE VIVE SAN JOSÉ, LA CAPITAL DE MAYABEQUE

CUBALA ODISEA QUE VIVE SAN JOSÉ, LA CAPITAL DE MAYABEQUE

Por Pablo Alfonso ()

México DF.- Si eres de los que crees que los apagones solo te afectan porque no tienes corriente, puede que estés en un error. Las secuelas de la falta de electricidad, del viene y va constante del servicio, tiene otras consecuencias, que no son siempre las emocionales. Pero de emociones y otras cosas hablaremos acá, solo que toménselo con calma.
Les decía días atrás que el quita y pon de corriente en Cuba ha dañado televisores, refrigeradores, batidoras y mil equipos más, como ocurrió en Holguín, según denunciamos, aunque estoy seguro de que no es el único lugar. Eso sí, no hay un sitio a donde uno pueda ir a reclamar, ni alguien que escuche una queja, porque, como todo es del gobierno, no se puede demandar a nadie. Tampoco podemos hacerlo por la basura al lado de Ignacio Agramonte, o en la Micro, es lo malo de que el dueño sea el juez, y también la parte.
Tampoco puedes decir que cambias de proveedor de energía, porque hay uno solo, la flamante Empresa Eléctrica, la que tiene un supuesto pacto contigo, que tú tienes que cumplir a rajatabla, y que ella incumple siempre y luego se echa fresco en los cojones… literalmente. Así que cuida tus electrodomésticos como si fueran las niñas de tus ojos, porque nadie te los repondrá si se rompen, y adquirir unos nuevos te saldrán extremadamente caros.
La ida y venida de la electricidad también es un problema para el gobierno, y en eso tenemos que ser justos. Pero para el gobierno de abajo, para los mequetrefes que dirigen en los municipios, porque más arriba todos están cubiertos contra cualquier daño. ¿O ustedes creen que a Raúl Castro le falta el agua, o a Esteban Lazo, o a Diáz-Canel? Incluso, en la nueva casa que le están haciendo, a todo lujo, a Roberto Morales Ojeda, a quien ya le dijeron que va a ser el próximo presidente, ya tienen asegurado que no falte el más preciado de los líquidos.
A ellos también se les rompen sus equipos, a los dirigentes de abajo, digo, y por eso, al parecer, se quemaron los dos motores de los dos pozos de Pastorita, y esos son los que abastecen el agua a toda la zona desde la Torrefactora, Jamaica, Gran Panel 70, Machu Pichu, el Poblado San Antonio y hasta el hospital.
Me podrán decir que no me alarme, porque en ese lugar, en los últimos 40 años se han pasado más de 30 sin agua, y que la mayoría de las personas ha tenido que hacer cisternas y comprar pipas, lo mismo que el hospital, pero es que ahora ni eso, porque no llega nada a las cisternas y tampoco hay pipas, para la población, insisto, porque puede que para Machu Pichu, donde está la sede del gobierno, haya alguna. O muchas.
Para esto, los dirigentes no tienen solución y una pipa de agua está de cinco mil a ocho mil pesos, incluso más, pero solo si encuentras a alguien que tenga una y se atreva a llenarte una cisterna.
Los que gobiernan no tienen valor para pararse y decir la verdad de los motores, explicar porqué se quemaron, admitir que no tienen pipas, ni camiones, ni gasolina, y que se trata de que cada cual se salve como pueda. Pero yo se los digo. Los informo, a pesar de que el municipio de San José de las Lajas, capital de provincia, tiene emisora y canal de televisión, incluso hasta un pseudoperiódico.
Esos dos motores no son los únicos quemados. Hay otros tres. Y se siguen acumulando los problemas, sin que aparezca solución alguna, y los padres no tienen agua ni para lavar los uniformes de sus hijos, entre otras cosas.
Pero si crees que el agua y la corriente son los únicos problemas, te equivocas, la capital de Mayabeque está agobiada por la carencia de transporte, de alimentos, de medicinas, por la represión, y por la necesidad de libertad.


En las fotos verán cómo están los bancos: saturados de personas que intentan, tras inmensas colas, conseguir un poco de dinero para luego ir a buscar algo que les sirva para comer, si lo encuentran. Lo peor es que la mayoría son ancianos, personas que trabajaron toda la vida en espera de una vejez tranquila, y ahora solo les toca la indigencia, a menos que seas el padre de Tamara Valido, por ejemplo.
A todo esto se se suma, el incremento de la basura en las calles, el aumento del contagio por Oropouche, dengue o covid, evitando no morir, porque si mueres, la familia, al seguro, vivirá una odisea total. Y les cuento una historia:

La semana pasada una señora falleció en San José de las Lajas y como no había carro fúnebre, la llevaron para la funeraria, acostada en el asiento trasero de un auto particular. Y de la funeraria al cementerio en el único carro que hace mil años tiene problemas con el cloche y a duras penas llegaron con ella al lugar del entierro.
Otra muchacha falleció el pasado miércoles en la tarde en el poblado Juan Borrell, en Güines, y se llevaron el cadáver para el hospital de aquel municipio en el carro de la merienda escolar. Y después del velatorio en la funeraria, para el cementerio, en una motoneta eléctrica.
No hay carros fúnebres para la plebe, pero la semana pasada se murió alguien ahí, en San José, Mayabeque, con algún nexo familiar importante -porque estaban los grandes jefes, incluyendo a la exgobernadora Tamara Valido- y como por arte de magia aparecieron tres carros fúnebres.

Entonces, ¿hay o no hay carros de muertos? ¿O son tan ineficientes que cada uno pidió ayuda por su parte y en lugar de uno llegaron tres?
Pero hubo otro caso, más tétrico aún: una mujer de Quivicán que falleció este domingo a las 4 de la madrugada y hubo que trasladarla en el carro del pan, muchas horas después, cuando ya el cuerpo, que no fue tratado, soltaba líquidos. Incluso, tan inflamada estaba que ya no cabía en el féretro.
Quienes la manipularon, no tenían guantes ni nasobucos -porque no hay- y para colmo, el lunes trasladaron pan en ese carro sin fregarlo.
No voy a contarles lo que me han revelado de dentro del hospital sobre la situación de la morgue, porque no tengo sensibilidad para hacerlo y sé que muchos tampoco para leer, solo les diré que el mal olor impide que se pueda trabajar allí. No más.
Y si fuera poco, en el mismo hospital habilitaron una sala de terapia intermedia para niños con Oropouche o dengue. Y les están poniendo duralginas vencidas, pero no piense usted que hay duralginas vencidas para todos, no. Ni esas alcanzan y están limitadas solo para los casos más graves.
La situación en Cuba es invivible, como dijo el intelectual católico Dagoberto Valdes, y la realidad es tan crítica que esta vida no es humana, la angustia es de tal magnitud que nos aplasta, y negarlo es vivir en otra galaxia.
Lo que ocurre en San José va contra nuestra naturaleza humana y lesiona y quebranta nuestra humanidad.
Solo repito lo que dijo el padre Alberto Reyes en un artículo reciente: ¡Váyanse, váyanse ya! La situación los ha superado, no van a resolver nada, y seguirán matando al pueblo.

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