Por Alian Aramis ()
La Habana.- Nadie se merece lo que le hicieron al Taiger, ni el más malo de los hombres, porque, además, quien deba algo la muerte solo lo libera, no paga su castigo (así pienso) y quienes lo sufren son sus allegados.
Le deseo de todo corazón pronta recuperación, por sus familiares, por su público y por él mismo.
Pero hasta ahí, no lo canonicen. Hay gente que si los dejas te ponen un busto del Taiger en cada escuela (vendría siendo un José Martáiguer) y obligan (si los dejan) a los niños del futuro (ojalá muy lejano) a redactar, en las pruebas de historia, la siguiente valoración sobre su figura:
«Nació en el seno de una familia repartera. Fue honesto y valiente, bonito, apuesto y todo lo demás por supuesto».
«Con gran intransigencia popopolítica luchó en las guerras por la independencia del reparterismo en Cuba y contra el dictador Ful(ja)ncio Rulay».
No se manden: las cosas como son, mejor céntrense en las oraciones por su recuperación.
Cubanos al fin, le ponemos humor hasta a las tragedias, el humor no es el enemigo, pero claro. con mesura. Y dejen la hipocresía, si se burlan de la desgracia o la muerte de un político (que aunque sea un HP también tiene familia que lo sufre) y a la vez se ofenden muchísimo cuando hacen lo mismo con su ídolo, entonces revísense. ¡Coherencia!
Hay quien confunde ser taiguero con ser taigaryen y anda metiendo dracaris hasta a la más suave de las bromas y hay quien ya se está girando para la política y está hablando de su gran taiguertoria revolucionaria.
Y ya, si un jodedor te notifica para que veas su chistesito sobre el tema y no te gusta, no acudas, déjalo quemao.