Por Carlos Cayetano ()
Tampa.- Edmundo “Sandy” Amorós Issasi nació el 30 de Enero de 1930 en la provincia de Matanzas, Cuba. Desde pequeño mostró habilidades para el deporte, en especial era rápido y poseía un gran brazo. Su apodo se debe al gran parecido con el campeón de boxeo de la época Sandy Saddler.
El jóven Amorós comenzó su carrera profesional jugando con los New York Cubans perteneciente a las Ligas Negras, hasta que el scout Al Campanis lo firmó en 1951, impresionado por su velocidad.
En las Ligas Mayores tuvo una actuación fugaz y discreta pero pasó a la eternidad por lo ocurrido el 4 de Octubre de 1955.
Ese día se celebraba el septimo juego de la Serie Mundial entre Dodgers de Brooklyn y Yankees de Nueva York. El manager de Brooklyn, Walter Alston, movió a Sandy Amorós al jardin inzquierdo para reforzar la defensa y envió a Jim Gilliam de esa posición a la segunda base.
Tras boleto a Billy Martin y sencillo de Bobby Richardson vino a batear Yogi Berra; como Berra era zurdo, los jardineros de los Dodgers se cargaron hacia la derecha, de manera inesperada el batazo de este salió hacia el jardin izquierdo por lo que Amorós tuvo que recorrer un largo camino para capturar la bola cerca de la linea del jardín izquierdo y luego realizar un formidable tiro a Pee Wee Reese que devolvio a primera para convertir la jugada en double play.
De esa forma, aseguró el triunfo de los Dodgers sobre los Yankees, porque de no hacer el fildeo anotaban los dos corredores y se empataba el partido. De esa manera Brooklyn ganó su primera Serie Mundial desde su debut en 1884.