Por Freddy Núñez Estenoz ()
Camagüey.- Un día ya no tendremos el silencio como único refugio a nuestro dolor, a nuestra miseria. Un día tendremos luz. No luz trivial de bombillas y linternas. Tendremos LUZ, con mayúsculas. Luz para nuestros hijos, nietos, luz que alcance para fundar los cimientos de un futuro real, no esta burla de futuro prometido, raquítico, pandémico y moribundo.
Y un día nuestros jóvenes no consultarán las brújulas buscando el norte magnético y salvador. El norte será aquí, y aquí querrán tener descendencia, aquí querrán plantar un árbol, comer sus frutos, aquí será su norte, aquí… aquí.
Y un día las madres no estarán solas en los cumpleaños y en los almuerzos de domingo. Y las abuelas no dirán adiós con la certeza de que es el último adiós, el último beso, el último abrazo.
Un día dejaremos de ser el país más triste del universo y volveremos a bailar el son con ese orgullo arrollador que nos definía en medio mundo.
Y un día la verdad será verdad y la vida se parecerá a la vida. Y quizás recuperemos la poesía, las ganas de soñar, y quizás la motivación alcance y hagamos planes y organicemos un reencuentro con nosotros mismos, con esa parte de nosotros que se ha extraviado en este desastre de apuntalar la vida.
Y un día en el cine de nuestra existencia solo se proyectarán películas de amor. Películas con finales felices, sin moralejas, películas en blanco y negro y a color. Películas en las que no estén ustedes, ni ellos, ni aquellos, películas donde nosotros seamos los únicos protagonistas.
Y un día no tendremos historia, partiremos de cero. No tendremos héroes que adorar, mártires que venerar, himnos que aprender y cantar. Un día seremos nosotros la historia, nuestro cuerpo lleva las marcas, las auténticas marcas de este tiempo difícil en el que lo hemos perdido casi todo, en el que queda poco, o nada.
Un día te buscaré PATRIA QUERIDA y preguntaré que fue de ti. Y me responderás con la sonrisa de quien ha ganado la batalla y entonces podré irme feliz, podré irme en paz. Porque nada es para siempre. NADA.