CUBA: JUSTICIA SÍ, REVANCHA NUNCA

PORTADACUBA: JUSTICIA SÍ, REVANCHA NUNCA

Por Carlos Cabrera Pérez

 


Majadahonda.- El sector radical de la emigración cubana insiste -paradójicamente- en favorecer a la dictadura que lo desterró, persiguiendo a compatriotas que desempeñaron diferentes responsabilidades en la estructura de la tiranía y ahora buscan una segunda oportunidad en tierras de libertad y progreso reales.

En democracia no valen los mítines de repudio ni la alharaca totalitaria, sino el sometimiento a la ley, el respeto al prójimo y al sagrado principio de la presunción de inocencia.

Lamentablemente, algunos políticos cubanoamericanos secundan a los perseguidores que -cual Torquemadas recién conversos- pretenden pasarle la chágara a personas que, en cumplimiento de sus obligaciones laborales y administrativas ejecutaron órdenes y disposiciones del maléfico en jefe y adláteres.

El caso del expiloto de combate Luis Raúl González-Pardo Rodríguez es el más dramático porque tripuló el Mig 29 que persiguió a la avioneta de José Basulto, sin disparar, y ahora reside en Estados Unidos.

Resulta incomprensible que se pretenda juzgar a un militar, sujeto a obediencia debida y que hostigó a una aeronave civil, pero nunca disparó contra ella y no se promueva una acción penal internacional contra Raúl Castro Ruz, que ordenó disparar a mansalva contra cuatro jóvenes e indefensos cubanos.

Criminalizar el pensamiento, la supuesta intención, es inherente a la maquinaria punitiva del castrismo, pero parece que su huella totalitaria ha alcanzado ya a una parte de la emigración, que asume el ojo por ojo y diente por diente, como norma vital. Las ideas, incluso las peores, no deben criminalizarse, pensar nunca debe ser delito.

González-Pardo, exfuncionarios judiciales y el viceministro de Trabajo y Seguridad Social recién llegado a Estados Unidos tienen todo el derecho a cambiar de opinión y elegir donde vivir, sin que ello implique impunidad alguna y quienes se oponen a su presencia en tierras de libertad tienen a su alcance instrumentos jurídicos para que se haga justicia, en casos de delitos, incluidos posibles engaños a las autoridades migratorias.

La mayoría de los cubanos sabe que la dictadura más vieja de Occidente es -desde hace años- un gigantesco teatro al aire libre, donde muchos dirigentes y funcionarios simulan para sobremorir y detrás de cada sonrisa hay una o dos ilegalidades.

Sería deseable que la emigración radical se serenara, que evitara caer en trampas cortoplacistas y que todas sus acciones contra otros cubanos estén amparadas en la justicia y no en la comprensible rabia, especialmente de aquellos que perdieron familiares a manos de la dictadura y sufrieron toda la maldad de la casta verde oliva y enguayaberada.

Si alguien pasara lista de los antiguos pioneros por el comunismo que habitan Miami y otras playas, la cadena humana llegaría a las Cataratas del Niágara o más arriba, pero ya sabemos que Cuba es país de poca y oportunista memoria.

Cuando un cubano asume la persecución contra otro; refuerza el discurso cínico del anticubano partido comunista, que usa los shows propagandísticos vengativos de una parte del exilio para sujetar a quienes fingen dentro del descampado, chantajéandoles: Ven, mira quienes están esperando en Miami para pasarles la cuenta.

Cuanto más sensato y sujeto a la legalidad democrática actúen todos los cubanos emigrados peor le irá a los Piratas del Caribe que -carentes de escrúpulos- aplauden y se burlan de la pasión revanchista de algunos exiliados; incluidos los desmemoriados que en Cuba desempeñaron funciones al servicio del régimen y ahora pretenden una degollina colectiva.

La fórmula ideal es sencilla: todo el rigor de la ley y cero impunidad para los verdugos del pueblo cubano, con sujeción estricta a la democracia; caso hay, como la orden de combate dada por el presidente Miguel Díaz-Canel, como respuesta al aldabonazo popular del 11J.

El mandatario, el primer ministro, la cúpula militar y los miembros de las maoístas Brigadas de Palizas Rápidas son responsables de la represión desatada contra cubanos que pidieron libertad y contra ellos es que debe canalizarse la energía justiciera del exilio.

Pero un horror nunca debe superarse con otro y la Cuba futura no debe construirse sobre la venganza y el revanchismo, sino sobre la concordia y la justicia; asumiendo desde ya el terrible dilema de perdón, pero no olvido; salvo en los casos de esbirros con las manos manchadas de sangre y los máximos responsables del exterminio en masa de los cubanos, empezando por el general de ejército.

Ya apenas tenemos país, la nación ha devenido en entelequia por voluntad férrea de los usurpadores del poder y solo nos faltaba que una parte de nuestros hermanos, aunque movidos por un afán justiciero, abran un escenario violento; olvidando que la dictadura ha sido sabia en repartir los papeles de víctimas y victimarios, en su incesante reguero de cadáveres reales y simbólicos.

La revolución ostenta un récord olímpico de muertos, que no son solo los fusilados, sino la macabra colección de muertos en vidas, de sobremurientes del comunismo de compadres.

Y si alguien no ha tenido el cuidado de alertar a políticos cubanoamericanos de que juegan con fuego cuando hacen demagogia electoral, a estas alturas del juego debían saber que Cuba corre el riesgo de una guerra civil, donde, mientras el vecino del cuarto piso baje a ajustarle las cuentas al del segundo por un agravio remoto o constante, el de la planta baja lo buscará a él porque impidió que su hija entrara a trabajar en turismo, dando informes negativos a la Seguridad del Estado.

Así funciona la tiranía anticubana y la única manera de bloquear la opción sangrienta es actuar serenamente desde la otra orilla y no caer en la tentación de chivatos, justicieros emocionales y cazadores de likes en la blogosfera cubiche; saturada de magias e invenciones, como reflejo cóncavo de los matreros de La Habana; que se retroalimentan mutuamente.

Cuba no merece tanta crueldad ni acumulación de horrores consecutivos; la mayoría de los cubanos anhela el sosiego porque la revolución más carismática del siglo XX se lo robó.

Check out our other content

Check out other tags:

Most Popular Articles

Verified by MonsterInsights