Carlos Cabrera Pérez
Majadahonda.- El ministro de Energía y Minas Vicente de la O Levy ha asumido el rol de estafador, al pronosticar que la energía renovable librará a los cubanos de las tinieblas, a partir de 2025.
Uno de los rasgos distintivos de la casta verde oliva y enguayaberada es su profunda fe católica, todo lo bueno ocurrirá el año que viene, pero mientras, se mantiene apartada del rebaño que sufre y llora sus malas decisiones.
Las matrices energéticas más fiables son las mixtas, es decir, aquellas que integran a todas las fuentes; incluidas la renovable y la núclear; el resto son embustes, en los que la baba sin quimbombó acredita enorme experiencia.
La crisis energética de Cuba obdece a la falta de inversiones, como ocurre con el sector agroindustrial; los guardias comelones de Gaesa han acaparado casi todo el dinero disponible para sus activos inmobiliaros de lujo, que hace aún más pobres y dependientes a la mayoría de los cubanos.
La columna vertebral de la generación eléctrica cubana son las termoeléctricas, en las que apenas se ha invertido dinero y están al borde del colapso; si aún resisten es por la valía de sus técnicos y trabajadores que llevan años sosteniendo lo insostenible.
Para sustituir el actual sistema electroenergético con energías fotovoltaicas, eólica e hidráulica haría falta sembrar practicamente toda Cuba de artefactos y luego garantizar sus correcto manteniemiento; pero no todos los sitios son idóneos, el caudal hidrográfico cubano lleva años mermando por errores políticos de larga data y la fallida apuesta turística soportaría otro atentado, el impacto visual de los campos de paneles solares y molinos de viento.
Pero si no bastara la escasez de lugares idóneos, agua y viento; el ministro oculta a los ciudadanos las cifras multimillonarias que implicaría invertir para desarrollar la energiia renovable, que es un negocio en manos de los Fondos de Inversión y, como el coche eléctrico, otro truco para vender la papeleta del circo capitalista financiero a los incautos.
Por ejemplo, la banca mundial tiene fondos de inversión verde con rentabilidades muy jugosas, a partir de la imposición de una política ecologista que suaviza el verdadero afán de lucro y que no afronta desafios reales como los índices contaminante de India y China que -lógicamente- han pedido Pío tai a Kyoto y Copenhage para vivir su siglo XIX.
Fidel Castro vio claro que lo verde, aunque no oliva, era un nicho de ganancia política y apareció en Brasil con uno de sus anuncios apocalípticos que tanto encadilaban a los bobos solemnes: Una gran especie está en peligro de extinción: el hombre.
Mero artistaje, pose de vedette; porque fue el gran destructor del medio ambiente cubano; con tecnologías Made in Came que arruinaron la flora y la fauna, primero talando boques y luego introduciendo especies foráneas que devoraron a las autóctonas, como las ricas y extinguidas biajacas de río.
Muchos cubanos viven empobrecidos, pero no son tontos y tienen criterio y rabia; aunque no siempre los manifiesten porque saben, de antemano, que padecen uno de los gobiernos más mentirosos del mundo; consagrado a resistir sin alternativa real de democratización ni desarrollo.
Cuando Cuba sea una nación democrática, con todos y para el bien de todos, tendrá que contemplar la opción nuclear, que no data de Juraguá, como piensan muchos cubanos, sino de antes de la revolución; cuando estaban previstas tres plantas atómicas, repartidas en occidente, centro y oriente.
Con la mentira oficial, la dictadura más vieja de Occidente baja dos cataos de un tiro, anuncia que el año próximo lloverá café en el campo y hace un guiño a la ideología woke, que es el comunismo post Muro de Berlín.
No hace falta ir a la universidad para saber que cuando el presidente, el primer ministro o el titular de Energía y Minas repiten que han paralizado la economía para proteger al sector residencial de los apagones están reconociendo que su modelo es vivir de remesas en dinero y especies de Miami, del trabajo esclavo de médicos y sanitarios y de los salves vietnamitas, chinos, rusos, árabes, venezolanos e iraníes, pero nunca hacer próspera y libre a la nación, porque perderían el control político sobre el sacrificado pueblo y se irían a bolina.
LA ESTAFA VERDOLAGA
