Por Manuel Viera ()
La Habana.- Como ciudadano cubano humilde, de a pie, encuentro cuestionable que en medio de la peor crisis de hambre, escasez, apagones y tristeza que vive el pueblo cubano se deba asistir a una toma de posesión en un país casi vecino en un Jet privado.
Incluso creo que podía haberse dejado de asistir dado el momento crítico que vivimos y enviar al embajador cubano que ya estaba en ese país como representante del gobierno de la isla.
¿Será que al menos los señores no pueden viajar en un avión comercial como pasajero normal y ahorrar para su pueblo? ¡Digo yo!
¿Cómo era aquello que decía el código de ética sobre la vida austera y modesta de los cuadros cubanos? ¿Acaso esos viajes no cuestan recursos que el país necesita? ¿Cuántos enfermos de cáncer hay en Cuba esperando por un medicamento o un suero citostático?
¿Cuántos niños esperando por los recursos para una operación compleja?
No sería yo si no cuestionara al respecto. Hacer política no puede ser lo más importante. !Me niego a creer que ese viaje era inevitable!