Por Anette Espinosa ()
La Habana.- Mientras Cuba se cae a pedazos, literalmente, el impuesto presidente se va a México, a la toma de posesión de la nueva mandataria de aquel país, se reúne con un grupo de compatriotas que viven en la capital azteca, afines a la dictadura, por supuesto, y suelta su perorata de siempre. Incluso, dice que «Cuba puede vencer».
Al menos así lo tituló Granma en su edición de este martes, con un subtítulo en el que intenta mandar otro mensaje optimista: «Estoy convencido de que vamos a salir adelante».
La reunión, según el libelo del partido comunista, se celebró el domingo, pero no se publicó hasta hoy, e imagino que haya sido porque todo lo que ocurre con el mandatario hay que revisarlo hasta el último detalle, a pesar de que lo escribió una de sus periodistas de cabecera, Alina Perera Robbio.
Según Granma, el encuentro fue «emotivo» y Díaz-Canel fundamentó lo de que Cuba puede triunfar con la confianza en la sabiduría y el altruismo de un pueblo que no se rinde, y agregó su mejor coletilla: «El día en que superemos el bloqueo, ¿cuánto seremos capaces de hacer?». La típica pregunta del tonto que no hace nada y que cree que puede hacer mucho en un futuro hipotético que no vivirá.
En el encuentro no estuvieron esos cubanos que andan de pasada por México, camino a la frontera de Estados Unidos, ni los que esperan la CBP-1 en el Distrito Federal, sino el embajador, los cónsules en aquel país, y los familiares de cada uno de ellos, por eso el ambiente fue acogedor para el farsante del presidente cubano.
Esos que están allí no viven la misma situación de los de adentro, y aunque no tienen salarios altos en sus misiones, no tienen que pagar nada ni preocuparse, al menos mientras dure su estancia mexicana, por las miserias de la isla. Es fácil entender entonces que fuera un encuentro cordial.
«En la cordial bienvenida estuvieron los trabajadores de la Misión, los cónsules cubanos que trabajan en México, empresarios de la Isla, y una representación de los médicos emplazados en esa nación», dice la nota.
Luego de las tonterías habituales de cómo comenzó la velada con el impuesto mandatario, Granma cuenta que les dijo: «Era para nosotros muy importante poder compartir con ustedes», dijo Díaz-Canel a los presentes, y dedicó sentidas palabras a Andrés Manuel López Obrador; «uno de los presidentes que más han hecho por Cuba».
También dice el rotativo que «el Jefe de Estado también habló de estrategias con las que cuentan el Partido Comunista y el Gobierno para revertir distorsiones y seguir adelante», e hizo hincapié en «las visitas a los municipios y a las provincias, de ese método que busca tocar con la mano cómo se están haciendo las cosas, dialogó el mandatario»
«¿Por qué unos rompen la inercia y otros no? ¿Por qué sucede de tal modo, si el bloqueo imperial gravita con su misma fuerza terrible en todos los ámbitos?», dice que preguntó la papa sin sal que gobierna el país.
Según Granma, «conversó entonces de la producción de alimentos y de la generación eléctrica, dos altas prioridades. Sobre la primera, recalcó que solo una mayor oferta hará posible impactar directamente en los precios, y que hay planes en el horizonte, como los que han nacido a partir de la ayuda de otros amigos firmes».
Fíjense en lo que dice: «planes en el horizonte», pero no dijo para cuándo el gobierno dejará de hacer hoteles y destinará esos fondos a producir alimentos, aunque la visita del mandatario vietnamita a La Habana, en días recientes, él la ve como una solución.
Vietnam va a sembrar arroz en Cuba. En un abrir y cerrar de ojos desaparecerá el marabú de los otrora planes arroceros cubanos y llegarán los vietnamitas a sembrar y a cosechar, así sin más. Cómo se ve que él no tiene problemas con su alimentación. Ni él ni su familia.
Por último, soltó loas de Andres Manuel López Obrador, el ya expresidente mexicano, el mismo que tiene en su país a más de tres mil médicos cubanos, los mismos que faltan en los hospitales de Cuba.
Lo de Díaz-canel no tiene nombre. Nosotros lo sabemos.