Por Ernesto Ramón Domenech Espinosa ()
Toronto.- En la céntrica Dudas Square de Toronto se organizó y promovió la Feria del Turismo para impulsar los viajes y estancias a varios destinos de América Latina. Participaron delegaciones y público de una veintena de naciones: México, Colombia, Perú, Guatemala, República Dominicana, Ecuador, El Salvador, Chile y Honduras entre otros.
La Dictadura Castrista pensaba mandar una representación al evento y mostrar a los visitantes las «maravillas» de la isla para disfrute de extranjeros. Ocultando de paso la trágica situación del país. Una parte del exilio cubano en la ciudad nos autoconvocó para decir la verdad sobre el turismo en Cuba con una frase clara y contundente: «Don’t travel to Cuba» («No viajes a Cuba»).
El dinero, los cientos de millones de dólares, que recaudan hoteles, villas, agencias de autos y restaurantes no es para reparar escuelas y hospitales ni para comprar medicinas, alimentos, libros o ambulancias; ese dinero que se colecta en La Habana, Varadero, la Cayería Norte u Holguín se destina a perfeccionar el control y la represión del pueblo, para comprar taxis o carros de policía, o para engordar las cuentas bancarias de la familia Castro-Ruz, mientras millones de personas sufren del hambre, los apagones, las colas, y la escasez permanentemente.
Al final, el Castrismo supo de nuestra convocatoria y decidió renunciar a la Feria y no enviar a sus turoperadores y agentes de viajes. De alguna manera le hicimos saber que no eran bienvenidos, le ganamos esta otra pelea por «no presentación».
Al castrocomunismo se le enfrenta de cualquier manera y en cualquier situación. Si el pueblo de Cuba no tiene un minuto de placer, tranquilidad y alegría la dictadura tampoco tendrá un segundo de distracción. Golpe por golpe, acción y reacción, causa y efecto, y hasta el final. ¡¡Viva Cuba Libre!!
