Por Ulises Aquino Guerra ()
La Habana.- Cada vez que observo las posiciones y cuestionamientos de periodistas, influencers y personajes que atizan en contra de individuos que en un momento se posicionaron de un lado o del otro, me asaltan muchas dudas sobre la reconstrucción de nuestro país y la necesaria democratización de este.
¿Alguien puede pensar que la Cuba que deseamos y anhelamos pueda reconstruirse sin los que hoy la habitan?
¿Qué piensan hacer con todos los que fueron pioneros, que han sido cederistas, militantes del partido, militares, fidelistas, etc?
Para los que hemos criticado la censura, las radicalizaciones, las posiciones intolerantes e intransigentes, no nos queda de otra que asumir que ser youtuber o periodista no es una «Patente de Corso» para aniquilar el honor y el prestigio de quienes creyeron firmemente en determinados principios y fueron consecuentes con ellos.
La realidad cambia, y los criterios también. La gente adopta posturas de acuerdo a como vive, o sufre.
Estados Unidos, y Miami en particular, está repleto de gente que hizo mucho daño en Cuba, cantantes y compositores de himnos y cánticos de guerra, presentadores, actores, políticos, fiscales, jueces, gobernadores y exsecretarios del partido comunista, peloteros, futbolistas, y muchos más.
Todos fueron pioneros y la gran mayoría cederistas que nunca alzaron su voz para criticar nada, que en muchos casos fueron parte de los problemas que padecemos hoy.
Ningún proyecto de cambio en Cuba puede dejar fuera a nadie, tenga el criterio que tenga.
Justamente esa es la fuerza que más miedo genera entre los que, convencidos de la necesidad de muchos cambios, que le temen a las cacerías de brujas, a los ajustes de cuentas por simple odio y resentimientos y provocan la inercia y la paralización de cualquier alternativa.
Cuba es un país independiente, no es una provincia de Miami, por más que esta última se convirtiera en una suerte de metrópoli para la vida económica de la primera.
Todo lo que nos puede salvar en el futuro cercano, pasa por la tolerancia, el respeto y las garantías, de lo contrario nos esperan crudos momentos.