Por Alina Bárbara López Hernández ()
Matanzas.- En el año 2007 Fidel Castro y Lula da Silva sostuvieron una polémica de la cual se hicieron eco varios medios internacionales. El motivo era la crítica desde la Isla a la producción de etanol en Brasil.
Un editorial publicado en Granma en abril de ese año con el tremebundo título: «La internacionalización del genocidio», valoraba negativamente el uso de tierras cultivables para producir combustibles. Según Fidel: «este colosal derroche» de cosechas para fabricar combustible, sólo serviría para ahorrarles a los países ricos menos del 15 por ciento del consumo anual de sus voraces automóviles, sin obligarlos a un desarrollo sustentable.
Lula había llegado a su primer período presidencial en 2003, y para el momento de la polémica, el dirigente cubano había salido del gobierno por problemas de salud que se suponían temporales pero serían definitivos.
Lo paradójico del asunto es que en Cuba había comenzado el desmontaje de la industria azucarera desde 2002, y ya en ese mismo año se empezaban a notar las extensiones de tierras abandonadas, hasta el punto que llegó a tocarse el tema en una sesión de la Asamblea Nacional.
Nuestros paisajes, llenos de cañaverales, devinieron terrenos desatendidos donde no se distinguían ni otros sembrados ni el ganado.
En un artículo de Granma en diciembre de 2002, el periodista Juan Varela Pérez informaba sobre una intervención de Ulises Rosales del Toro, entonces ministro de la Industria Azucarera, en el Parlamento:
«VARIOS DIPUTADOS PREGUNTARON SOBRE LAS PERSPECTIVAS DEL MINAZ EN EL USO DE LAS TIERRAS LIBERADAS DE CAÑA Y LA PRODUCCIÓN DE ALIMENTOS. PARA CUMPLIR ESTA MISIÓN, PUNTUALIZÓ ROSALES DEL TORO, SE TRABAJA DESDE MAYO ÚLTIMO, JUNTO A OTROS ORGANISMOS E INSTITUCIONES, EN VARIOS SUBPROGRAMAS Y ESPERAMOS, DIJO, EMPLEAR ÓPTIMAMENTE LOS RECURSOS DISPONIBLES EN BENEFICIO DE LA ALIMENTACIÓN DEL PUEBLO».
Tantos años después, la agricultura cubana está en ruinas, de la industria azucarera apenas quedan recuerdos. No tenemos suficientes alimentos y el azúcar normada hace varios meses que no llega a las bodegas.
Recordé todo esto hoy, al comprar en una Mypime un kilogramo de azúcar por el altísimo precio de 850 pesos. El azúcar fue fabricada en Boa Vista, Brasil, país que es también uno de los mayores productores de etanol y donde no escasean los productos agrícolas como en Cuba.