Por Ed Libedinsky ()
Buenos Aires.- El Francotirador (1978), dirigida por Michael Cimino, es una desgarradora exploración del impacto de la guerra de Vietnam en un grupo de amigos de un pequeño pueblo siderúrgico de Pensilvania.
La película tiene como protagonistas a Robert De Niro, Christopher Walken y Meryl Streep en poderosas actuaciones que transmiten tanto la camaradería como el trauma psicológico experimentado por los personajes.
La historia se divide en tres actos distintos. La primera parte se centra en las vidas de los amigos antes de la guerra, incluida una boda y un viaje de caza de ciervos, retratando su estrecho vínculo y las luchas de la clase trabajadora.
La segunda parte se sumerge en los horrores de la guerra de Vietnam, mostrando las brutales e infames escenas de la ruleta rusa, que se convierten en una inquietante metáfora de la aleatoriedad de la muerte y la supervivencia en la guerra.
Por último, el tercer acto examina las cicatrices emocionales que quedan a medida que los personajes luchan por adaptarse a la vida civil, con Nick (Christopher Walken) atrapado en un ciclo de autodestrucción.
La dirección de Cimino enfatiza el marcado contraste entre la tranquilidad de las vidas de los amigos antes de la guerra y el caos del campo de batalla.
El ritmo de la película es deliberado, lo que permite al público sentir el peso de las experiencias de los personajes, especialmente el costo emocional de la guerra.
El Francotirador no es solo una película de guerra, sino también una meditación devastadora sobre la amistad, la pérdida y los efectos duraderos del trauma. Su retrato inquebrantable de las secuelas de la guerra la convierte en una de las películas más poderosas sobre la guerra de Vietnam y su impacto psicológico.