Por Jorge Menéndez ()
Cabrils.- Acabo de leer en Juventud Rebelde dos notas paradójicas, incomprensiblemente en la misma edición, y voy a comentar a ver si ustedes coinciden conmigo, porque hay cosas que no entiendo.
Como si de un país del primer mundo se tratara, te hablan de la asistencia de Díaz-Canel a la clausura de la III Feria Internacional de Energías Renovables, con las colaboraciones de Alemania, Japón, España, e Italia, y también de memorándums, cartas de intenciones, contratos, diplomas, fueron los éxitos de esta «grandiosa» feria, celebrada en Pabexpo.
Hasta aquí todo perfecto, con la misma tónica de cuanto evento se celebró en el país durante los últimos 65 años. Pero acto seguido leo que hubo 800 mw faltantes en la generación del domingo.
No sé si esto me causa tristeza o asombro. Incluso, me cuesta calificarlo, porque el gobierno cubano, en su afán de reflejar «su preocupación» por las carencias eléctricas, se ha afanado en crear noticias optimistas que después el pueblo cubano no percibe.
Te hablan, por ejemplo, de la captación de inversiones en el sector, y cualquiera se puede preguntar por quién, en su sano juicio invertiría hoy en Cuba. Porque ni los «hermanos» rusos, ni los chinos meterían dinero en la isla, viendo cómo se maneja todo dentro y la ineficacia gubernamental.
En el mejor de los casos, te regalan seis generadores chinos, que juntos suman 40 mw, lo que equivale al 0.001 por ciento de las necesidades de generación.
Pero el tema es aún más de fondo: ¿con qué combustibles van a funcionar esas unidades generadoras?
Para colmo, y a renglón seguido, el Granma te dice que en Camagüey, conjuntamente con su Universidad de aquella provincia, están tratando de crear un algoritmo para disminuir pérdidas en la transmisión eléctrica y detectar dónde se debe de generar y cuánto, en aras de la eficiencia energética.
Lo insultante de esto es que el día anterior en el mismo Camagüey hubo 18 horas de apagones.
Realmente no se qué pensar. No se si esto se publica para que el pueblo vea la «preocupación» del gobierno por sus problemas o, sencillamente, se ríen en nuestra cara.
Para mí, es surrealista que nos hablen de Ferias Internacionales de Energía, de algoritmos de eficiencia, de inversiones extranjeras en el sector, cuando no hay una termoeléctrica que trabaje 24 horas sin averías y cuando los barcos con combustible no se descargan por falta de dinero para pagar por el.
Sobre esto, precisamente, se cimienta nuestra pobreza y el lavado de mentes constante: sobre la premisa del engaño, la mentira, con la intención de ganar tiempo, mientras todo lo que dicen se los lleva el viento desde hace mucho tiempo.
No hay más opciones: se tienen que ir.