EL COMPAÑERO RAÚL NO QUIERE MORIRSE

CUBAEL COMPAÑERO RAÚL NO QUIERE MORIRSE

Carlos Cabrera Pérez

Majadahonda.- El compañero Raúl Castro Ruz no quiere morirse y sigue empeñado en joder las exclusivas sobre su óbito a los francotiradores de la blogosfera cubiche, que compiten diariamente en desinformación, sin siquiera disculparse por decepcionar a sus seguidores que, una y otra vez, se llenan de gozo efímero, gritando: ¡se partió la China!

Pero como los nuevos comunicadores son inasequibles al desaliento y las normas del buen periodismo, y sus seguidores están siempre dispuestos a comprar mulas aspiadas; cíclicamente, lanzan la bomba y ya luego se van a la pizzería más cercana a comer y beber a la salud del general de ejército con el dinerito que aportan sus adeptos.

En estos casos, los departamentos de agitación y propaganda de la Contrainteligencia y el PCC ordenan a sus corresponsales llenar sus muros y blogs de fotos del egregio, hasta que dentro de unos mese aparezca por La Habana, un ruso, un iraní, un norcoreano o Maduro en apuros y reaparezca vestido de guardia viejo y estrellado.

Raúl está ya grandecito, 93 junios en sus costillas, que es una edad normal para morirse, rodeado del afecto de sus herederos filiales y políticos; pero su muerte no cambiará nada en Cuba; salvo la sensación de desamparo que llenará de escalofríos a sus deudos y el gozo de sus víctimas; incluidos quienes han convertido su falsa homosexualidad en ataque personal. ¡Menudos demócratas nos aguardan!

La dictadura más vieja de Occidente está anclada en tres pilares básicos: represión selectiva y despiadada, hambre de casi todo para generar dependencia masiva del Estado ruinoso y la incapacidad de la oposición para tener ejército propio dentro de Cuba.

Por ello, la única ventaja práctica que tendría la muerte de Raúl Castro sería el reasfaltado de la añeja Carretera Central, en aquellos tramos por donde transite el insepulto en olor de multitudes, que llorarán y llorarán sin nadie que los consuele por aquello de si te engañan duele.

Pero en temas funerarios con el patico feo de los Castro Ruz nunca se sabe y puede que no quiera repetir la caravana mortuoria del comandante en jefe, y solo vaya por las Ocho vías hasta Pinar del Río, tierra natal de sus abuelos maternos; que fue excluida en el velorio rodante de 2016, y luego lo lleven en barco, desde La Coloma hasta un punto de la costa, cercano al II Frente Oriental Frank País, donde ya le aguardan Vilma Espín y Antonio Gades, entre otros muertos ilustres.

El velorio en la plaza tendrá un tono menor porque apenas acudirían personalidades extranjeras a inclinarse ante el cosaco caribeño, que nunca alcanzó la popularidad del electrógeno en jefe y la izquierda regional; sobre todo la que gobierna, no querría regalar a sus adversarios politicos, una foto velando al último dinosaurio verde oliva del mundo; aunque el compañero Machado (des)Ventura emula fraternalmente con su jefe y padrino para irse lo más tarde posible de vuelta a Vueltas; aunque no faltará quien quiera enterrarlo en el Cacahual, para completar la data de dominó con Maceo, Blas Roca y el último mambí.

La prensa estatal se llenará de llantén y loas a la figura del Dos, el Cuate, de quien sobresalió en el Moncada, del gran reformista que no fue y fumador empedernido, más ese sentido del humor oriental que siempre lo acompañó; incluido el chiste en piscina para la guara, sobre qué pasaría en Cuba si Fidel se muriera y él, al enterarse, también moría de un infarto fulminante.

Para el trance, sería oportuno que la artística del FARINT haga una perfomance con Los zapaticos de rosa, donde aparezca un militar echando un bote a la mar; que podría ser el general Legrá Sotolongo, uno de sus camilitos preferidos; junto a una rusa y otra inglesa sacando los pañuelos, mientras el aya de la francesa se quite los espejuelos; papel que podría encarnar Ignacio Ramonet, si no se muere antes por un ataque de tinte guarabeao en su desparramada cabellera.

Para el cierre de la parte cultural, que emerjan de la oscuridad Yusuan Palacios y Hassan Metralleta Pérez aludiendo a la pasión del incinerado por el cagua-pamela que lo protegía del sol, con estos versos del apostol: Y cuando el sol se ponia/detrás de un monte dorado/un sombrerito callado por las arenas venía…

El compañero Frei Betto, además de cocinar camarones con leche de coco para los huérfanos raulistas menores de siete años, deberá traducir al portugués, el haiku martiano, ataviado con guayabera y mandil negros. 

Mientras llegue ese día, seguiremos como aquellas familias de campo pendientes de la salud de uno de los suyos, sufriendo esa letanía guajra que dice así: ¡Hoy tampoco se muere padre ni nos comemos la puerca!

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