LA PROTESTA DEL 18

Camagüey.- Cualquiera pudiera pensar que la frase “Cuba cambia si los cubanos cambiamos” es una mera consigna utilizada por la disidencia. ¡De eso nada! La frase describe exactamente lo que se necesita para cambiar el estado de las cosas en Cuba. Pero, ¿qué debe cambiar y por qué debe cambiar?

Las ideologías, incluyendo a las religiones, son inherentes a las personas, únicas dotadas de pensamiento racional. Por tanto, asignar ideologías a Estados o cosas es, en principio, ANTINATURAL, además de violar derechos humanos y generar desunión entre connacionales, aunque la mayoría así lo decida. Entonces, tanto la declaración de que Cuba es un Estado socialista, como la cláusula de su irrevocabilidad aprobadas en la Constitución vigente, son totalmente irracionales.

¿Por qué la mayoría de los cubanos aprobamos tal cosa? Y es a esto a lo que la frase mencionada al principio da respuesta. No es posible cambiar el estado de las cosas haciendo lo mismo, ni manteniendo una actitud que combina altísimas dosis de ignorancia, apatía y miedo.

La ignorancia es el sostén de la manipulación. En la era de la información y las comunicaciones, no querer superar la ignorancia es insensato. La cosa se complica, cuando la razones para mantenerse ignorantes son la apatía y/o el miedo.

Una conversación entre cubanos acerca de lo mala que está “la cosa» termina, cuando llega al punto de “algo hay que hacer». “¿Para qué si no vamos a resolver nada?” y “¿pa’ que me metan preso?”, son las muestras más claras de la apatía y el miedo, respectivamente.

La hipocresía y el oportunismo son otros componentes de la actitud de muchos cubanos. Ambas son el caldo ideal para la corrupción.

Es decir, Cuba necesita una nueva Carta Magna, pero antes debe cambiar la actitud del pueblo. Esperar por un mesías que nos quite la ignorancia, la apatía y el miedo sólo ayuda a la cúpula partidista a mantener su poder. Si, encima, cuando aparece alguien dispuesto a darlo todo para que ese cambio ocurra lo dejamos solo, entonces jamás habrá cambios en Cuba. Con los hipócritas y los oportunitas podemos lidiar por el camino.

Cuando digo nueva Carta Magna, no me refiero a una reforma de la existente, sino a una elaborada por una Asamblea Constituyente. En mi opinión existe una vía perfectamente legal para intentarlo, que está descrita en una serie titulada “¿Es posible convocar a una Asamblea Constituyente en Cuba?” publicada en mi perfil de Facebook.

Hoy, como cada día 18 desde mayo de 2023, voy a sentarme durante una hora en el Parque Agramonte de mi natal Camagüey como manifestación de protesta para NO MORIR CON LOS BRAZOS CRUZADOS, porque algo hay que hacer para intentar librarnos del desastre en que ya estamos.

PROTESTO contra las disímiles y denigrantes formas de discriminación y represión de las que somos víctimas todos los que expresamos opiniones críticas públicamente. Estas formas incluyen la violación del derecho al trabajo y a la educación, diversas formas de reclusión, acoso policial, amenazas a familiares y amigos, descrédito público, destierro, entre otras.

PROTESTO contra la indolencia del partido único que permanece inmóvil ante una estampida migratoria que separa a las familias cubanas; que condena a todo un pueblo a vivir en la miseria y nos convierte en parásitos de quienes emigran y/o en delincuentes comunes para poder sobrevivir.

PROTESTO contra la mentira, la manipulación y la hipocresía con que pretenden mostrar al mundo una Cuba totalmente diferente a la que realmente vivimos.

PROTESTO contra las abusivas condenas a todos los que se manifiestan en contra de un régimen que se dice socialista, pero que en realidad no es otra cosa que una dictadura totalitaria que se mantiene a base de represión militar y mediante un sistema judicial que está muy lejos de ser justo.

PROTESTO contra una ley electoral que garantiza la ausencia de representatividad del pueblo en el órgano legislativo. El partido no representa al pueblo; sólo el 7% de toda la población cubana milita es ese partido, mientras que esta ley asegura que al menos el 51% de sus miembros pertenezcan a dicha organización.

PROTESTO contra el continuo empobrecimiento a que someten a este pueblo con sus erradas medidas económicas, a pesar de las advertencias y las soluciones aportadas por numerosos y prestigiosos economistas cubanos.

RECLAMO una Asamblea Constituyente verdaderamente representativa de todos los sectores sociales y políticos de la nación, que elabore una nueva Constitución en la que no haya partido único y en la que se dignifique a todos los cubanos como los seres humanos que somos, por encima de cualquier ideología política.

RECLAMO otra ley electoral; una en la que el pueblo nomine directamente a sus representantes al máximo órgano legislativo y vote para elegir a su presidente.

RECLAMO otro órgano legislativo; uno que represente al pueblo y no al partido único, que funcione a tiempo completo y no deje en manos de 18 personas la facultad de decidir por más de catorce millones de cubanos sin siquiera consultarles, que se ocupe realmente de cuidar el patrimonio del pueblo y que sea capaz de generar leyes que respeten los derechos humanos de todos y cada uno de los nacidos en esta tierra y sus descendientes.

RECLAMO un poder judicial libre de dogmas ideológicos de cualquier índole, con verdadera independencia para actuar conforme a la ley.

RECLAMO una prensa libre que responda únicamente a la verdad, que merezca la contribución que recibe de ese mismo pueblo al que engaña y manipula.

RECLAMO la liberación inmediata y sin condiciones de todos los presos políticos y el cese del hostigamiento a ellos y a sus familiares y amigos.

RECLAMO la dimisión de todos los integrantes del poder ejecutivo. Ninguno ha sido capaz de encauzar el rumbo de esta nación hacia el progreso y algunos hasta han manifestado públicamente no tener idea de cómo hacerlo, lo que demuestra su incapacidad para lograrlo.

Reafirmo, además, la DECLARACIÓN DE CAMAGÜEY publicada en LA HORA DE CUBA el pasado mes de marzo.