Por José Pepe Centella
Port Saint Lucie.- En un ejercicio de franca hipocresía, el régimen de Miguel DÍaz-Canel culpa al bloqueo estadounidense por la nueva medida de reducir un cuarto del peso del pan racionado para la población pero, por debajo del tapete, está aumentando la importación de autos de mediana y alta gama a la isla desde Estados Unidos, China y Japón.
Un informe del Consejo Económico y Comercial Estados Unidos-Cuba, una cámara de comercio con sede en Nueva York, afirma que en el primer semestre de este año se importaron automóviles de Estados Unidos a la isla por valor de 35 millones de dólares. Entre los modelos que están importando se encuentran marcas como Mercedes Benz, Tesla, Toyota y una variedad de alta gama de automóviles chinos.
La misma entidad afirma que el volumen de importaciones en lo que va de año representa tres veces más de lo comprado a EE.UU. en el 2023.
Se espera que la cifra aumente al final de este 2024, ya que el gobierno de La Habana tiene previsto aprobar una ley, a finales de este año, que facilitará también la importación de vehículos extranjeros a personas autorizadas que no necesariamente estén asociadas a entidades del gobierno.
El ministro de Transporte, Eduardo Rodríguez, explicó recientemente en la televisión pública que un cubano que quiera importar un automóvil de 10.000 dólares tiene que pagar 50.000 dólares por impuestos y tasas.
La nueva ley, que se aprobará en octubre, reduciría ese coste a 15.900 dólares pero lo que no dicen es que el costo sigue siendo impagable para la mayoría de los cubanos que ganan como promedio 15 dólares al mes. Esto significa que si un cubano promedio desea comprar un automóvil tendría que ahorrar su salario íntegro unos 31 años.
Recientemente, El Vigía de Cuba publicó un artículo referido a la reducción del peso del pan, que se distribuye mediante la libreta de racionamiento, de 80 gramos a 60 gramos y entre las explicaciones del régimen vuelve a salir el problema del “bloqueo”. Sin embargo esta importación de automóviles de mediana y alta gama rompe totalmente ese relato porque estos lotes se compran cash.
Con la mitad de lo que están pagando para comprar estos automóviles, Cuba podría comprar unas 690 mil toneladas de harina (actualmente el precio de mercado oscila sobre los 228 dólares por toneladas) suficientes para garantizar el suministro de pan a la población.
Entonces la conclusión que podemos sacar de todo esto es totalmente razonable: Al régimen no le importa reducir el peso del pan para la la población pero sí es prioridad la calidad del transporte para su élite y se comprará a precios millonarios aunque el pueblo se muera de hambre.