Por Juan Carlos García Guridi ()
Bejucal.- En el mes de septiembre nacieron algunos de los más notables músicos cubanos de cualquier época, varios de ellos en un olvido total, casi se recuerda a Joseíto Fernández (05/09/1908-11/10/1979), el célebre compositor de la «Guantanamera»; o a Ignacio Villa -Bola de Nieve- (Guanabacoa, 11/09/1911-México, 02/10/1971).
También a Carlos Puebla (Manzanillo, 11/09/1917-La Habana, 12/07/1989) y a Roberto Faz (Regla, 18/09/1914-26/04/1966); sin embargo, nunca o casi nunca se recuerda a Miguelito Valdés -Mister Babalú- (La Habana, 06/09/1912-Bogotá, 09/11/1978), Alberto Ruiz (La Habana, 14/09/1913-04/06/1978), Orlando Guerra -Cascarita- (Camagüey, 14/09/1920-México, 1968) ni a Abelardo Barroso (La Habana, 18/09/1914-26/04/1966). Igual sucede con Moraima Secada (Santa Clara, 10/09/1930- La Habana, 30/12/1984).
De Mister Babalú vale aclarar que se han dado indistintamente como años de su nacimiento 1910 (Max Salazar), 1912 (Ramírez Bedoya) y 1916 (Helio Orovio), y se trata de uno de los cantantes más populares de su época, a la altura de Benny Moré y Abelardo Barroso, tocaba varios instrumentos, transitó por todos los formatos de la música cubana y aunque integró varias agrupaciones (entre ellas Riverside) se destacó en la jazz band «Casino de la Playa», fue admirado por Tito Puente, un grande como Desi Arnaz lo llegó a imitar y grabó varios de sus éxitos en Nueva York en 1940. Mister Babalú colaboró y apoyó a Chano Pozo, Arsenio Rodríguez y Olga Guillot, entre otras importantes figuras.
Alberto Ruíz es otro imprescindible olvidado, cantante y director de orquesta, fue fundador de Kubavana, un verdadero todos estrellas en que, entre otros, estuvieron Roberto Faz, Orlando Vallejo y Laíto Sureda; a partir de los años 50 Alberto Ruíz incursionó con el Conjunto Casino y Tropicabana; Helio Orovio lo considera uno de los más grandes exponentes del bolero en Cuba.Cascarita fue todo un personaje dentro de la música cubana, sonero por excelencia, integró también varias agrupaciones pero en «Casino de la Playa», la orquesta más prestigiosa de la época, alcanzó notoriedad, según Rafael Lam, Helio Orovio lo considera el iniciador -por su fraseo- del estilo guarachero en Cuba y un excelente cantante. Puntillita y Rolando Laserie son fieles continuadores de su estilo.
Abelardo Barroso es sin dudas otro imprescindible (Algunas fuentes consignan como posible fecha de su nacimiento 21/11/1905). Admirado por Celia Cruz, Miguelito Cuní y Daniel Santos, quien lo nombró «pionero de los soneros en Cuba» (Cuní lo llamaba «el decano»). Se dice que con la Orquesta Sensación todo lo que cantaba lo convertía en oro: «El panquelero», «La cleptómana», «El brujo de Guanabacoa», «El guajiro de Cunagua», etc. Es de los pocos que se puede decir que está a la altura de Benny Moré, Miguelito Cuní y Roberto Faz, entre algunos pocos. El chino Lam dice de él: «es uno de los reyes, en el país donde hay muchos reyes de la música».
Moraima Micaela Secada Ramos: Moraima Secada -La Mora- fue la más temperamental y carismática de las cantantes cubanas de su tiempo, únicamente comparable con La Lupe. Se inició en el cuarteto Las D’ Aida. Irrepetible y única. Tenía voz de contralto reconocida y fue por su participación en el movimiento «filin» cubano. En los años 40, se mudó a La Habana, donde comenzó su carrera en el programa radial «La Corte Suprema del Arte» de la emisora CMQ. También integró la legendaria Orquesta Anacaona, Los Bravo y el Cuarteto Los Meme, interpretando obras de compositores cubanos como René Touzet, Ernesto Lecuona y Piloto y Vera. Su carrera como solista incluyó varias grabaciones con éxitos como «Perdóname, conciencia», «Me niego,» «Depende de ti,» y «Ese que está allí.»
