POESÍA Y PATRIOTISMO TRAS LAS REJAS: MARÍA CRISTINA GARRIDO

CULTURA Y FARÁNDULAPOESÍA Y PATRIOTISMO TRAS LAS REJAS: MARÍA CRISTINA GARRIDO
Por Ivette García González (CubaxCuba)
Se encarcela la carne flácida, pero no el espíritu,
las manos tensas, pero no la inspiración
María Cristina Garrido Rodríguez
La Habana.- Que Cuba tenga récord de presos políticos y de conciencia es una vergüenza. Que incluya poesía y patriotismo es otra, son señales inequívocas de una dictadura disfrazada de «Revolución». María Cristina Garrido Rodríguez es una de las tantas mujeres cubanas tras las rejas. Encarcelada injustamente desde julio de 2021, cuando miles de compatriotas salieron en manifestación pacífica a las calles en decenas de localidades exigiendo libertad y fueron reprimidos por el gobierno.
El 11J de esta poetisa de 41 años fue en su natal Quivicán —Mayabeque, al occidente—, junto a su hermana Angélica Garrido y decenas de lugareños. Lo recuerda con especial orgullo: «demostramos valentía, decisión, ruptura con el silencio de los años (…) por una Cuba próspera y democrática».
Con esa misiva, que le costó maltrato y aislamiento, también educaba cívica y políticamente en medio de la frustración popular que sobrevino: «No nos sintamos derrotados (…). Debemos estar preparados para enfrentar el sacrificio que demanda toda causa. Muchos ojos fueron abiertos para no cerrarse jamás, por eso somos más que ayer y mañana seremos más que hoy».
Cuando se escriba la historia reciente de nuestro país, habrá que evocar a los presos políticos y a mujeres devenidas heroínas, como María Cristina, quien además de escritora, era miembro de la Red Femenina de Cuba y activista por los derechos humanos. Pertenecía al Partido Republicano de Cuba (PRC) —del cual devino directora ejecutiva— y a otras organizaciones de la sociedad civil independiente cubana e internacional, entre ellas, Fundación Vuelta Abajo por Cuba y Federación Latina de Mujeres Rurales (FLAMUR).
FUERZA DE LAS IDEAS
Desde su detención, esta mujer de letras y madre de tres hijos fue golpeada varias veces por la policía y sometida a desaparición forzada durante dieciocho días. Le fabricaron varios delitos: doble atentado, desacato, desórdenes públicos, agresión, instigación a delinquir y resistencia; por los que fue condenada, en marzo de 2022, a siete años de prisión en uno de los tantos juicios amañados contra los manifestantes del 11-12J. Desde entonces está en la cárcel Mujeres de Occidente, El Guatao, en La Habana.
Semejante injusticia es posible solo en un país donde no hay instituciones independientes, se violan sistemáticamente los derechos humanos y se recrudecen la impunidad y la indefensión ciudadana. Eso explica los 1,119 presos políticos que contiene el reciente subregistro de Prisoner Defenders.
Con María Cristina, una de las 114 mujeres en tal condición —según monitoreo de Cubalex, Justicia 11J y Prisoners Defenders—, se ha ensañado el régimen. Aislamiento, golpizas, negación de alimentos y agua, condiciones sanitarias inaceptables y limitaciones de visitas y llamadas, entre otros tratos crueles, humillantes y degradantes.
Ha sido muy duro. Junto a la ausencia de sus tres hijos, pronto sufrió la pérdida de sus padres y la persecución, hostigamiento y represión contra sus familiares. Más de trescientos días pasaron para que pudiera volver a escribir.
La prisión ha elevado su condición de patriota, su sensibilidad de poeta y su rebeldía. Ha sido de las plantadas, además de escribir, denunciar y luchar aun tras las rejas. Extraordinaria la Carta firmada con sangre que ella, su hermana y otras nueve presas políticas del 11J dirigieron al gobierno exigiendo justicia y libertad. Todavía resuena «la sangre simboliza nuestro sacrificio y entrega a la causa cubana, y la firmeza de nuestros ideales ¡Libertad para los presos políticos!».
Dos libros con sus poemas han salido durante los dos últimos años: Examen de tiempo (escrito casi por completo antes del arresto), y Voz cautiva (escritos desde la cárcel).
«El cementerio de los vivos», escrito en prisión e incluido en Examen de tiempo, es conmovedor:
Estoy escribiendo este gemido ahora mismo
en una madrugada de presos y oprobios
donde las puertas suenan a llanto y olvido.
No puedo dormir.
Descubrí que es mejor escribir a estas horas
en que duerme el dolor ajeno
y el silencio suaviza la mente
y el espíritu.
La noche es mi acicate,
aunque es el mayor peligro.
Los médicos sin bata y sin vocación
huyen de los ruegos
y temo morir en un largo dolor inesperado.
A este lugar lo llamamos El Cementerio De Los Vivos.
Aquí se entierra sin enterrador la justicia
inexorable de la Patria
como si se enterrara el crimen de un niño
o de una flor.
María Cristina es mujer, poesía y cubanía encarceladas. Su altruismo, la profundidad y fuerza de sus ideas, el modo en que encara su cautiverio y la decisión de continuar luchando, son impresionantes. Imposible olvidar lo dicho en carta a esta autora: «crecí con el sello distintivo de la lucha por la justicia y la libertad. Las almas de los poetas no pueden revolotear con alas de mentira».
Esos y otros mensajes —como el enviado por el Día del Escritor Encarcelado 2023, del cual es parte la cita que encabeza este texto— han atravesado las rejas de la cárcel, a veces en letra y otras en su voz, dirigidos al pueblo, a los medios, al activismo político, a los escritores y ciudadanos del mundo y a figuras e instituciones internacionales.
Y no puede hablarse de ella y su poesía sin Angélica, la mayor de las hermanas y que salió recientemente de la prisión luego de cumplir los tres años de condena, quien fuera también maltratada y sufriera numerosos vejámenes en prisión. Brutal fue el acto de concederles solo escasos minutos para, esposadas, despedir a sus padres fallecidos. Al velorio del padre las llevaron separadas y no pudieron ni abrazarse en su dolor. Al de la madre, tres meses después, pudieron ir juntas gracias a la protesta de Angélica.
«Mi hermana duerme» es uno de los más bellos poemas reunidos en Voz cautiva. De él son estos fragmentos:
Mi hermana duerme
Angélica
pero deja el alma despierta
para que la abrace dolor adentro
(…)
La mano de la noche
cierra el candado de las criptas de los infelices,
un chirrido endémico oxida mi paciencia,
le grito a la carcelera ojalá…
y los tres puntos suspensivos hacen noticia.
Acuesto lo que queda de mí
(…)
¿Qué soñará mi hermana (…)?
¿Que la libertad es un pájaro que emigra
y no regresa?
Mi hermana sueña conmigo
porque soy la gemela de su tristeza.
Ella me besa con todos los perdones que no se dijeron,
de hija sin padre y padre sin entierro,
de madre de los hombres y hombres sin abrazos,
me besa con todos los recuerdos de sus ojos.
Mi hermana duerme
inquieta
y yo me quedo con domicilio en su fantasma,
(…)
Su pesadilla se la exilio
se la tiro lejos.
No quiero que sueñe que el pájaro se queda,
que sus playas serán un espejismo de lodo,
que me voy cargando la libertad para mí sola.
HONRAR, HONRA
Los cubanos y el mundo tienen en María Cristina, también la realidad de Cuba y el heroísmo de su gente. La han reconocido y honrado desde el simbolismo de su silla vacía en la ceremonia del Día del Escritor Encarcelado (15 de noviembre) en 2022, organizada por la Asociación Mundial de Escritores, PEN Internacional. Luego fue escogida como imagen del 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer. En comunicado oficial, ese día se clamó por «el apoyo internacional y de todos, para exigir la libertad de la escritora».
La campaña online «Voces Presas» visibilizó en las redes sociales las historias de artistas cubanos encarcelados y acosados por su expresión, la poeta entre ellos. También incluyó un llamado a la solidaridad internacional y al gobierno cubano a liberar a los prisioneros castigados por sus opiniones políticas y respetar y garantizar la libertad artística.
En octubre del pasado año, María Cristina fue merecedora del Premio Patmos a la libertad religiosa en Cuba, junto a su hermana Angélica y a los también hermanos presos políticos Jorge y Nadir Martín Perdomo. La Seguridad del Estado acosó a las familias y anfitriones e impidió la ceremonia, pero tienen su premio, que sorteando obstáculos terribles lograron obtener varios familiares.
A propósito del Día del Escritor Encarcelado de 2023, PEN Internacional lanzó a través de 140 centros en todo el mundo, un llamado internacional a liberar a los escritores encarcelados y destacó cuatro «gravemente amenazados». María Cristina encabezó esa lista. Al mismo tiempo, colegas de Reino Unido, Canadá, Australia, Malasia, Irlanda, USA, Myanmar, Uzbekistán, India, Alemania, Italia y Chile escribieron emotivas cartas solidarias para ella.
ORGULLO DE CUBA
Durante la dictadura de Fulgencio Batista, Fidel Castro y parte del grupo que participó en los asaltos armados a dos fortalezas militares —una de ellas, el Moncada, segunda en importancia del país—, fueron condenados a penas de entre seis meses y 15 años, esta última para el líder de la acción. Menos de veinte meses después serían amnistiados.
Hoy Cuba bate récord en población penal, cantidad de cárceles y diversidad del universo prisionero, desde adolescentes, jóvenes y ancianos hasta obreros, desempleados, profesionales, intelectuales y artistas. La condena contra el líder del asalto armado en 1953, fue la misma petición de la fiscal en el juicio contra la poeta por reclamar libertad. Y de amnistía ni se habla. Se persigue a quien desde abajo intente impulsarla. Inaceptable, ni la historia ni el pueblo podrán absolver a los responsables de tanto oprobio.
El cautiverio político y de conciencia indigna y compromete. La vida y obra de María Cristina Garrido es fuente de inspiración y guía para el presente y futuro de Cuba. Los regímenes totalitarios no pueden con tanta sensibilidad, inteligencia, coherencia y valentía política.
Las épocas paren héroes, heroínas y líderes. Cuba los tiene, aunque de momento — como la verdad, la justicia y el cambio— muchos de ellos continúan en las prisiones, desde donde siguen soñando con una Cuba nueva. María Cristina, Lizandra, Sisi, Mayelín, y otras tantas mujeres y hombres, forman parte de ellos.
El próximo 27 de noviembre —fecha memorable en nuestra historia, incluida la más reciente con la ejemplar sentada ante el Ministerio de Cultura—, la poeta cumplirá 42 años. Una vida intensa y un futuro que el poder intenta truncar. No lo consigue, muchas voces se levantan por ella y por todos los presos políticos de Cuba. La patria del futuro, que es posible, tiene que soltar el lastre y la vergüenza de la prisión política y de conciencia, o no será República ni Patria para todos.
Ivette García González es Doctora en Ciencias Históricas, Profesora Titular y escritora cubana.

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