MILLONARIOS AL INSTANTE: ASÍ SE ENCONTRÓ LA PEPITA DE ORO MÁS GRANDE DE LA HISTORIA

CURIOSIDADESMILLONARIOS AL INSTANTE: ASÍ SE ENCONTRÓ LA PEPITA DE ORO MÁS GRANDE DE LA HISTORIA

Tomado de MUY INteresante

Deason y Oates encontraron en Australia más de 100 kilos de oro en una sola pieza.

Madrid.- La fiebre del oro no fue un fenómeno exclusivo de California en el siglo XIX. A lo largo y ancho del globo, desde las áridas tierras de Australia hasta las remotas regiones de Canadá, exploradores y aventureros se lanzaron en la búsqueda de este preciado metal. Estos episodios marcaron períodos de intensa migración y transformación económica, reflejo de la eterna fascinación humana por el oro. En Australia, esta historia alcanzó un punto culminante en 1869 con el hallazgo de la «Welcome Stranger», la pepita de oro más grande que se haya descubierto hasta la fecha. Este extraordinario tesoro enriqueció a sus descubridores, pero también cimentó su lugar en la historia como un icono de las posibilidades casi míticas que ofrece el metal dorado.

Mineros y sus esposas posando junto a los descubridores de la pepita: Richard Oates, John Deason y la mujer de este último

Mineros y sus esposas posando junto a los descubridores de la pepita: Richard Oates, John Deason y la mujer de este último, con la Welcome Stranger en el centro de la foto.William Parker / Wikimedia

La pepita de oro más grande

En un tranquilo día de febrero de 1869, John Deason y Richard Oates, dos mineros que habían dejado Cornualles en busca de fortuna, se encontraban en los campos de oro cerca de Moliagul, Victoria (sureste de Australia). Mientras inspeccionaban el terreno al pie de un viejo árbol, Deason notó una anomalía en la tierra. A escasos centímetros bajo la superficie, sus dedos tocaron algo metálico y muy pesado. Con cuidadosa expectación, desenterraron lo que parecía ser una piedra extraordinaria. No era una piedra común, sino la pepita de oro que bautizaron como «Welcome Stranger», una masa imponente y brillante de oro puro.

La pepita medía 61 centímetros de largo y tenía un peso bruto de alrededor de 100 kilogramos (de los que se extrajeron unos 70 kilos de oro fundido), un hallazgo sin precedentes que superaba toda expectativa. Este tesoro, apenas cubierto por una fina capa de tierra, brillaba con el prometedor brillo del oro, emocionando a ambos hombres ante la magnitud de su descubrimiento. En ese instante, la vida de Deason y Oates cambió para siempre, marcados por la fortuna y la historia de la minería.

Recreación de la fiebre del oro en California en el siglo XIX

Recreación de la fiebre del oro en California en el siglo XIXFran Navarro / Midjourney

¿Qué supuso tal hallazgo?

La euforia invadió a John Deason y Richard Oates tras el hallazgo de la «Welcome Stranger». Conscientes de la magnitud de su descubrimiento, transportaron la monumental pepita al herrero más cercano, quien la partió en tres pedazos para facilitar su manejo y tasación. En el banco de Dunolly, se les adelantaron 9000 libras por el oro, una fortuna que finalmente ascendería a 9381 libras tras la evaluación completa. Algunas estimaciones concluyen que este precio equivaldría a unos 2 millones de euros en la actualidad. Este evento no solo aseguró el bienestar económico de Deason y Oates sino que también transformó Moliagul.

La noticia del descubrimiento se esparció rápidamente, atrayendo a más buscadores de oro y aventureros a la región, lo que incrementó la actividad económica local. Moliagul, un pueblo marcado por la fiebre del oro, vio un aumento en la ocupación de tierras y un repunte en el comercio local, alimentado por la esperanza y el deseo de muchos de encontrar su propia «Welcome Stranger». La comunidad se revitalizó, estableciéndose como un núcleo de la fiebre del oro en Victoria.

Un grabado sobre madera de la Welcome Stranger

Un grabado sobre madera de la Welcome StrangerWikimedia

Un hallazgo digno de recordar

El legado de la «Welcome Stranger» perdura más allá del impacto económico inmediato, celebrado y honrado a través de diversos monumentos y eventos culturales. En Moliagul, un obelisco conmemorativo erigido en 1897 marca el lugar exacto del hallazgo, un recordatorio perpetuo de este momento histórico. Además, una réplica detallada de la pepita se exhibe en el museo municipal de Melbourne, ofreciendo a los visitantes una visión tangible de la escala y la forma del descubrimiento original.

El aniversario del hallazgo se celebra con eventos que incluyen representaciones teatrales que recrean el descubrimiento, vestidos con trajes de época, lo que ayuda a conectar a las generaciones actuales con su rica herencia histórica. Estas celebraciones se complementan con reuniones de descendientes de Deason y Oates, quienes comparten relatos familiares y anécdotas, reforzando el sentido de comunidad y continuidad histórica en la región.

La fiebre del oro hoy día

Aunque «Welcome Stranger» ostenta el título de la pepita de oro más grande hallada, existen otros ejemplares notables, como la Pepita Canaa encontrada en Brasil en 1983, que pesa 60,8 kilogramos. Estas comparaciones subrayan la rareza y el valor excepcional de tales descubrimientos en la historia de la minería de oro.

Hoy en día, la fiebre del oro tiene un matiz diferente en regiones como Victoria. Si bien la era de hallazgos espectaculares de oro aluvial ha pasado, la zona, conocida como el Triángulo de Oro, sigue atrayendo a modernos buscadores equipados con detectores de metales y otras tecnologías avanzadas. Esta persistencia en la búsqueda refleja la esperanza de encontrar oro, un interés por la aventura y la conexión con una era pasada que definió la identidad y el desarrollo económico de la región. El oro sigue siendo un poderoso símbolo de prosperidad y aventura en el imaginario colectivo.

Estatua en Redruth, Inglaterra, en homenaje a los buscadores de oro que encontraron la Welcome Stranger, Deason y Oates

Estatua en Redruth, Inglaterra, en homenaje a los buscadores de oro que encontraron la Welcome Stranger, Deason y OatesChris Allen / Wikimedia

El descubrimiento de la «Welcome Stranger» resume la naturaleza efímera de la fortuna y el impacto duradero de tales momentos en la historia y la vida personal. Para John Deason y Richard Oates, transformó su existencia de una manera que solo el oro podía hacerlo, dejando un legado de prosperidad y posibilidades. Históricamente, este evento alimentó la fiebre del oro, incitando a incontables soñadores a buscar su propia fortuna. Aún hoy, la historia de la «Welcome Stranger» sigue capturando la imaginación del público, sirviendo como testimonio del eterno encanto del oro y de la constante búsqueda humana de riqueza.

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