Por Esteban Fernández Roig
Miami.- ¿Qué yo le encontraba a Hopalong Cassidy? En la actualidad no tengo la menor idea.
En realidad,, William Boyd era un actor canoso, con una indumentaria que jamás un verdadero cowboy de la época utilizaba. Sin embargo, ¡fue uno de los grandes héroes de mi niñez!
A mediados de agosto de 1954 comencé la majomía de “lo que quería para mi cumpleaños” y como era un fanático de la serie de Cassidy llegué a la conclusión que lo que “necesitaba“ ese año eran unas espuelas de plata como las del venerable vaquero.
Cuando les expresé mi deseo a mis padres, mi madre puso cara de sorpresa, mi hermano se burló y mi padre lanzó una bocanada de humo de su tabaco Pita y me preguntó: “Esteban de Jesús, ¿dónde tú tienes pastando a tu caballo?”
La pregunta me cogió “de atrás pa’lante”, pero como yo era un niño con “insistente y abrumadora precocidad”, le respondí rápidamente: “Bueno, el caballo lo quiero para el día de los Reyes Magos”…
Y para ponérselas más difícil le dije: “Y no las quiero rudimentarias como las que utilizan los guajiros de las zonas rurales sino como las que usa Hopalong CAssidy.
Mi estoica madre no dijo ni pío, se sonrió. Le encantaba cuando yo se la ponía a papi “en tres y dos pichando Vinagre Mizell”..
Al otro día mi padre se montó en la Ruta 33 y se fue para La Habana Vieja a ir de tienda en tienda buscando “unas espuelas como las de Hopalong Cassidy. Siempre con la obsesión de complacer al que cariñosamente llamaba “un mojón muy atrevido”.
El día de mi cumpleaños fui abriendo poco a poco dos o tres regalos, un poco decepcionado no vi las espuelas, no me quejé porque sabía que era una labor titánica e imposible encontrarlas como yo las quería, pero nada era imposible para mi padre.
El viejo me dijo: “Estebita, tráeme el Diario de la Marina que está en la saleta” y ahí envueltas ¡encontré mis espuelas¡”
No eran de plata, parecían unas reliquias, en realidad las había conseguido mi madre en “El Mamey” con su tío Armando de la Torre que no las usaba con los caballos en su finca porque tenía muy buen corazón , y agradecí eternamente el esfuerzo realizado
Y les dije: “Por favor, no olviden que ahora me tienen que conseguir el caballo, le vamos a poner «Topper», como el de Hopalong” …
