Por Gretell Lobelle ()
Matanzas.- «El 5 de julio de 1946, sobre el cuerpo de Michelle Bernardini, una bailarina del Casino de París, lució el primer bikini público de la historia», y 78 años después todavía hay mujeres que se limitan a usarlo por cánones, tabúes. La sociedad busca la simetría perfecta, incluso en nuestros cuerpos.
A mí, como a muchas mujeres, me ha tocado lidiar con la presión de encajar en un molde estético impuesto. En un mundo que aún se rige por cánones de belleza, me resulta frustrante que nos obliguen a llevar una prenda de vestir por lo que otros consideran «lo que mejor te queda» y no por lo que realmente nos hace sentir bien.
El regalo de una amiga que sabe mi gusto por romper todo aquello que huele a esclavitud fue estreno este verano, bikini verde, mar hermoso, de lo que va quedando de hermoso en una isla rota y triste. Mi espíritu anda devuelto verde, ligero, presente, muy yo, de Topes de Collantes.
Me rebelo contra este sistema que nos limita y nos hace sentir inseguras. Con 48 años, he llegado a un punto donde me enamora y aprecio la individualidad y la diversidad. No pretendo alcanzar una simetría perfecta, porque simplemente no la tengo ni la deseo.
La belleza reside en la autenticidad. Y es en la libertad de vestirnos como queramos, sin importar las opiniones de los demás, donde encontramos verdadera confianza en nosotras mismas.
