Por Ulises Aquino Guerra ()
La Habana.- Después de leer detenidamente las nuevas Leyes y Decretos publicados en la Gaceta Oficial podemos tranquilamente inferir que todo lo que se nos está prohibido a partir del 19 de septiembre, nuestro gobierno lo asumirá de manera expedita.
Pareciera, después de leerla, que nos encontramos en un punto de desarrollo tal, que el estado asumirá todas sus responsabilidades al pie de la letra y no tendremos que preocuparnos por nada.
Los CDR, la UJC, y otras organizaciones de masas podrán crear sus propias Mypimes, y todo cuanto se comercialice pasará a través de los excelentes canales del estado que funcionan de maravilla, y donde es imposible la corrupción y la burocracia.
Son los pasos idóneos para provocar un descalabro total. Las mejores medidas que se pudieran buscar, para conseguir regresarnos a la comunidad primitiva.
Con la máxima de «que nadie toque nada, solo yo puedo tocar» (pero no tocas, ni tienes con qué tocar), estaremos obligados a esperar a que recuerden sus nuevos deberes, a pesar de haber olvidado muchas de sus obligaciones.
Ya no podré construir el avión que había soñado, queda prohibido, ni podré lanzar un canal de noticias porque el Noticiero Nacional de Televisión es la única fuente creíble de información para nuestro pueblo.
A partir de ahora actuaremos en las fiestas privadas que las maravillosas Agencias de contrataciones artisticas nos proveerá, y quien quiera nuestros servicios tiene que contratarlos a través de ellas. Sin duda hay que tener mucho cuidado para cantar en la casa, no vaya a ser que lo consideren un evento sin contrato.
Vamos muy bien. Estas son las verdaderas leyes revolucionarias que conseguirán formar a ciudadanos capaces y suficientes.
Es maravilloso observar la gran apertura al emprendimiento y el desarrollo que estas nuevas leyes proponen y con ello contener la enorme emigración de nuestra juventud, pero sobre todo, las enormes ventajas para la inversión extranjera y de nuestra diáspora.
Solo me preocupa el asunto de la basura que no aparece en las nuevas Leyes: ¡Qué tontería la mía! Con las nuevas medidas ya no hará falta recogerla.