Por Luis Rodríguez Pérez
Quivicán.- Es cierto, un mundo mejor es posible; como tan cierto que uno peor también. Seamos sincero, y aunque me veas como a un enemigo, responde en silencio: ¿Adónde avanza Cuba?
– Eso sucede porque no nos dejan avanzar tranquilos -responderás.
Y, al responder así, confirmas el abismal, rápido y constante retroceso que padecemos. Entonces ¿Por qué esa propaganda, a grito de pulmón: «Cuba avanza y eso me duele»? ¿No es eso una inmensa mentira, como la risa estrepitosa de alguien que perdió la cabeza en medio del duelo? Entonces, si eso es mentira, propaganda chapucera, estiércol frente a un espejo, responde tú, en silencio: ¿No será mentira también muchas de las causas que te enseñaron? ¿Te han enseñado todas las caras? ¿Te dieron la posibilidad de escoger? ¿Has investigado? ¿Te haz sentido con miedo? ¿Está permitida la pluralidad de partidos, o de opiniones en los periódicos o la TV? ¿Es uniforme o unidad? ¿Es obligado en qué creer? ¿Es un partido, una ideología; o Patria y Humanidad?
El fascismo mataba, torturaba, odiaba por una cuestión étnica; tú, que me odias, responde en silencio: ¿Qué país conoces, donde se mate, torture, se odie, se vigile y se persiga por pensar diferente?Tú que me ves como un enemigo, debes entender que los seres humanos tienen una sola vida; por eso los hombres, cuando tienen conciencia de su humanidad y a través de la historia, se resisten a vivir como los perros.
Yo no creo en las religiones, creo en una persona, en Jesús y la vida eterna. Yo creo en Dios, en el Dios de la Biblia, pero nunca mataría a un musulmán. Te pido a ti, que seas sincero; y, aunque me odies, mira las fotos de este trabajo y responde: ¿Es esto o no una religión?
