LA PRISIÓN POLÍTICA EN CUBA ES HORRIBLE

CUBALA PRISIÓN POLÍTICA EN CUBA ES HORRIBLE

Por Pablo Alfonso ()

México DF.- Marta Perdomo es ahora mismo la madre de todos los cubanos de bien. Su dolor, la forma en que defiende a sus hijos, la manera en la que habla de los días lúgubres de sus retoños en prisión y el valor que muestra al acusar al castrismo, la convierten en un ejemplo para todo el que tiene hijos presos injustamente.

Esa valentía irreductible, las ansias de tener a Jorge y Nadir de regreso, de probar y demostrar que no son criminales, que no cometieron hechos vandálicos y que su juicio fue una farsa total, motivaron a El Vigía de Cuba a entrevistarla. Luego, en la conversación, emergieron otras cosas, como lo horrible de la prisión, el montaje creado para enjuiciarlos, las torturas… pero dejemos que sea ella quien cuente.

«A pesar de que el artículo 56 de la Constitución cubana dice que sí nos podemos reunir y manifestarnos, no es así. Nuestros hijos sabían lo que estaban haciendo y por eso salieron ese día a pedir cambio y libertades, a que pudiéramos tener otras cosas, otros derechos
«No vandalizaron nada. Todo lo contrario. El pueblo de San José de las Lajas sabe que estuvieron allí, siempre al frente, expresando lo que ellos querían (…) Como trataron de levantar sus manos y trataron que no hubiera otra cosa que todo fuera pacífico. Y de eso, pruebas tengo para darle a todo el que quiera para que vean de verdad qué pasó ese día.

Libertad para Jorge y Nadir Martín Perdomo y para todos los presos políticos cubanos"; el llamado de una madre que reclama justicia«Ese día fue lo más lindo que ocurrió en este pueblo y en nuestro país y Marta Perdomo tiene pruebas. Yo siempre he dicho a la Seguridad del Estado, ‘muéstrenme las pruebas del supuesto vandalismo de Jorge y Nadir’ y no me las pueden mostrar, porque no las tienen. Jorge y Nadir no vandalizaron nada. Al contrario, fueron pacificadores.

«Como dice Nadir, ‘el pueblo entero fue el líder’. Al pasar estos tres años, los hicieron líderes ellos. Solo expresaron lo que sentían. Si fueron delante o detrás… no es importante.

«Ellos llevan consigo una dignidad muy grande. Fueron estudiosos, de bien, profesores, que son conocidos por todo San José de las Lajas y cuando hay una luz que brilla, todos los ojos miran, y ellos siempre han brillado. Líder fue el pueblo de San José completo».

Si muero mañana, en mi tumba tiene que decir Libertad para Jorgito y Nadir' | DIARIO DE CUBAMarta recuerda el momento en que se los llevaron. En sus ojos se nota que aún le duele, que todavía lo sufre, como si estuviera viviendo de nuevo cada uno de aquellos momentos, como si los golpes a Nadir, al enfermizo Nadir, los recibiera ella en su propia carne. O peor, como si esos golpes laceraran su alma, porque el dolor por los hijos es más fuerte que el dolor físico. Mucho más.

«En esos días en que se llevaron a mis hijos, se vivieron tiempos muy difíciles aquí en nuestra casa. Pasaban las motos, tiraban fotos. Estaban pensando bien qué delito le fabricaban, porque sus testimonios eran lindos, limpios y tenían que inventarle algo bien fuerte.

«Se los llevaron y estuve llamando horas y horas a la policía sin saber de ellos. Ese día los torturaron. Los pararon frente a una pared y a Nadir, que es el más flaquito, le dieron golpes. El hermano cayó en shock, porque vio golpear a su hermano. Vine a saber de Jorge y Nadir a los 62 días, y los pude ver a los 103. El juicio de Jorge y Nadir fue el 25 de enero. Todo una farsa. Y lo hicieron en Quivicán porque tenían miedo a un pueblo que los sabía inocentes.

«El proceso no fue nada limpio. Los testigos que había fueron de la Seguridad del Estado. Ni siquiera fue la Policía. No había ni un policía que dijera que ellos habían hecho todos los disparates que decían. Yo tenía todas las pruebas porque el pueblo de San José los ayudó con todo. Su padre estaba con ellos y los del juicio tenían seis agentes de la Seguridad del Estado que decían ‘hizo esto, hizo aquello, lo otro’. Entonces de limpio no tuvo nada.

«Fue un juicio amañado, un juicio mentiroso».

Marta Perdomo también sabe de la cárcel. Le aterran esos lugares a donde mandaron separados a sus vástagos. No lo dice, pero ella sabe que todo está bien pensado, que solo quieren hacer daño, molestar, hacerles la vida más difícil a su familia, y sobre todo a sus hijos, acostumbrados desde siempre a nadar juntos, a estar cerca.

«¿La cárcel…? Sobre todas las cosas, los llevaron y los pusieron con criminales, personas que han violado, que han matado, que han violado niños, que roban y ellos, de salir de una casa, de un hogar tranquilo, a enfrentarse a conocer ese mundo de presos, sin necesidad alguna… más la comida.

«Estuvieron experimentando un horror. No hay comida. Mis hijos… cuando los vi por primera vez, sus ojos estaban hundidos. Una prisión en Cuba es horrible.
«En estos tres años hemos perdido momentos lindos. Siempre nos tomábamos el café de la tarde juntos. Greisy y Nadir bajaban y yo me sentaba encima de la meseta y lo disfrutaba con ellos… Hasta el día de hoy.

La lucha incansable de las madres de manifestantes presos en Cuba«El niño de Nadir, con seis meses, no pudo tener el calor de su padre. Salet, la niña, ha tenido problemas con su madre, enferma de los nervios. Y aún así, nos ha apoyado a todos, a nosotros también. Hemos perdido muchos momentos de la familia. ¡Qué triste que lleguen esos momentos y en nuestra mesa faltan Jorge y Nadir.

«No me adapto a la idea de que ellos no estén en casa.

«Mi madre falleció y ellos no estaban acá. Les avisaron a las nueve de la noche y los sacaron encadenados para decirle. No hay nada que pueda pagar este crimen tan grande que le han hecho a esta familia. No hay nada…

«¿Miedo? Sé que me controlan cada paso que doy. Tengo miedo. Mis piernas también tiemblan, como las de cualquier persona que se enfrenta a ese monstruo tan grande, pero mi miedo está en Ho Chi Min y en Quivicán, donde andan mis hijos encerrados injustamente. Y ellos son mi razón de vivir.

Marta Perdomo: la madre contra el monstruo — CubaxCuba«Por ellos un día me enfrenté a decir la verdad, a defenderlos. Si a un animal feroz no le pueden tocar a sus hijos, cómo creen que no voy a defender a mis hijos hoy. Son mi motor impulsor, mi vida y tiene que ser que no viva para dejar de alzar la voz y defenderlos como una leona feroz.

La madre de Jorge y Nadir Martín Perdomo es mi ídolo. Mujeres como ella necesitan el reconocimiento de todos los cubanos. Su ejemplo tiene que correr de una familia a otra. Sus lecciones de vida, la forma en que ha enfrentado a las huestes asesinas de la dictadura tiene que reproducirse. Los culpables de todo esto tendrán que pagar un día.

A los hermanos Martín Perdomo y a todos los que han sufrido prisión política en Cuba hay que lavarles la afrenta y mandar tras las rejas a los culpables, a todos los que se prestaron al juego sucio de encerrarlos por proteger al régimen asesino que somete a los cubanos.

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