DÍAZ-CANEL ESTÁ EN MELENA DEL SUR… POR GUSTO

Por Yoander Lazo ()

Melena del Sur.- En situaciones normales, el sureño municipio de Melena del Sur, en la provincia de Mayabeque, podría considerarse bendecido por la posibilidad de recibir este miércoles al presidente del país, con lo que eso suele representar. Sin embargo, muchos meleneros no lo ven como algo bueno y más bien creen que es todo lo contrario.

El circulo cercano al poder en el municipio está de plácemes pero la gente común cree que el mandatario es gafe y su presencia en Melena del Sur solo traerá cosas malas a la zona.

«Ya veremos lo que trae. Nada bueno será. Habrá inundaciones, penetraciones del mar en la costa, malas cosechas y cualquiera sabe si algún huracán nos da un ramajazo», nos dice Manuel, un veterano melenero mientras se toma un café en el parque de la cabecera municipal.

Según Manuel, «todo lo que este toca lo rompe. Una muestra es el país. Allá a donde va, todo se acaba. Las tierras por donde pasa no sirven para nada. Nada más cogió el poder, se cayó un avión, luego vino lo del covid, la explosión en el hotel de La Habana (El Saratoga), se incendiaron los tanques de petróleo de Matanzas y no resuelve nada».

«Cuando yo era niño, mi abuelo, por ejemplo, sacrificaba a los pollos jabaos, porque decía que traían mala suerte y acababan con la cría al final. No los dejaba ni crecer. Nada más se veía que serían jabaos, estaban condenados a muerte, y a este debieron hacerle lo mismo, porque no aporta nada», dice y aclara que lo de los pollos y el abuelo es verdad.

Murillo, que se fuma un tabaco en un banco del añejo y feo parque de Melena, saturado de tierra roja traída por los escasos tractores que aún funcionan en el municipio, o las personas, de los campos cercanos o, incluso, emergida de las mismas calles llenas de huecos, dice que no entiende «a que viene este hombre a Melena».

«Melena necesita inversiones en la agricultura: tractores, aperos, semillas, turbinas, máquinas para hacer pozos, fertilizantes. Eso es lo único que la volverá a convertir en un lugar de donde salen miles y miles de toneladas de alimentos cada año», insiste.

«¿Por qué no viene y dice que va a enviar 200 tractores, carretas, turbinas? ¿Por qué se limita a venir, pararse en la cabecera de un campo, sin objetivo alguno y luego se va? Para mí es ridículo», dice.

Una mujer que vende café en una esquina, se queda asombrada cuando ve la caravana pasar. Dice que hay más carros con el mandatario que todos los que circulan en Melena, donde solo transitan algunos vehículos privados y los del partido y el gobierno, que no paran, sin resolver nada.

«Acá no hay ni ambulancias. Si te enfermas, te puedes morir, sin que aparezca una ambulancia o un vehículo cualquiera que te lleve a Güines o San José, donde nos toca, y a donde es mejor ni ir, porque los hospitales de esos lugares están en tan mal estado que es sobrecogedor», dice la mujer que vende café, que, según cuenta, fue durante 30 años maestra, hasta que decidió dejarlo como consecuencia de la desidia gubernamental.

Lo cierto, el presidente de Cuba está en Melena del Sur y se sabe. Hay extraños en las calles, más policías de los normales, más limpieza, más cosas en las tiendas en divisa… pero al final todo continuará igual, porque las visitas del presidente, eso que él llama recorrido por sorpresa, no resuelven nada.

Y si eres de los que tienen dudas, ve a Melena mañana o pasado. Ve la próxima semana y verás que allí todo vuelve a ser lo mismo de antes: calles llenas de huecos, aceras rotas, caras tristes, campesinos alarmados, el policlínico se está cayendo y la gente desilusionada.