Por Adalixis Almaguer ()
Miami.- Cuando salí de Cuba, el despótico teocrático imperante en la isla cambio mi nacionalidad a mafiosa del exilio asalariada del imperio.
En un abrir y cerrar de ojos dejé de ser cubana y me convertí en gusana… repatriación, por absurdo y por principios morales, no es un vocablo que está en mi diccionario.
¡Esta nación me abrió los brazos! Aquí mis hijos crecieron, aquí me he leído los libros que en la isla me prohibieron, aquí he dicho casi todo lo que traía atragantándome…
A esta nación estoy agradecida en grado superlativo y aquí voy a morir.
Aquella tierra que me vio nacer la llevo por dentro tatuada en las entrañas y todo lo que soy daré por su libertad pero esta es mi Ithaca, el final de mi viaje.