ENCRUCIJADA DIVIDIDA CON POSIBLE DEPORTACIÓN DE JUEZA DESDE EEUU

CUBAENCRUCIJADA DIVIDIDA CON POSIBLE DEPORTACIÓN DE JUEZA DESDE EEUU

Por Patxi Morales ()

Santa Clara.- La situación de la exjueza del tribunal municipal de  Encrucijada Melody González Pedraza aun sigue generando interrogantes, y muchas personas del referido municipio se preguntan si Estados Unidos le dará el asilo que solicitó o la devolverán a Cuba.

El Vigía de Cuba visitó la víspera el referido municipio del norte villaclareño para, como quien no quiere las cosas, sondear la opinión de los habitantes del lugar respecto a González Pedraza y aunque una buena parte de la población entrevistada cree que fue coaccionada por las autoridades del Partido comunista y del gobierno, otra cconsidera que siempre tuvo la opción de negarse a tomar una medida.

Admito que costó trabajo sacarle a las personas alguna confesión, mucho más si se dan cuenta al momento de que no eres del lugar y no saben de qué lugar vienes, qué posición representas o no «hemos escuchado nunca hablar de El Vigía de Cuba», porque «en estos lugares la conexión es tan mala que apenas da para ver cosas en Facebook», como nos dijo un joven estudiante de la universidad.

El estudiante de marras conoce bien cómo se manejan esas cosas, precisamente porque cursa la carrera de Derecho en la Universidad Central de las Villas, «y uno de los temas de los que hablamos siempre es el de cómo en Cuba se ha distorsionado todo lo escrito en lo relativo a la aplicación de la ley».

«En Cuba siempre vas a ser culpable -dice-, incluso cuando el fiscal y el juez crean que eres inocente. Los juicios por robos y esas cosas no tienen importancia. Incluso ni aquellos por causas mayores, como asesinatos. Pero si se trata de algo que ellos -los que gobiernan, intuyo- creen que tiene que ver con algún intento de ir contra el gobierno, entonces entran en escena otros elementos», dice.

«En esos juicios se mete la seguridad del Estado, el Partido, y lo condicionan todo. Y Melody, a quien conocí, pudo estar condicionada, que la hubieran presionado. Pero eso no quiere decir que actuó bien, porque siempre está la opción de negarse. Yo, por ejemplo, terminaré mi carrera y no ejerceré. No quiero ser parte del circo gubernamental. No quiero tener que juzgar arbitrariamente, sin argumentos ni pruebas, a alguien que no haya violado ninguna ley, y menos la Constitución», insistió.

Para otro joven, este de nombre Michael -así, como el cantante, insiste- a la jueza, como le decían «deberían mandarla ya para Cuba. Para que venga y se enfrente a lo que vivimos los cubanos. Es fácil hacer y deshacer y luego irse a Estados Unidos con un parole, como si nada hubiera pasado».

Para Manuel González, jubilado ya y quien trabajo por más de 30 años en los molinos del central azucarero Abel Santamaría, antiguo Constancia, «el caso de Melody, la jueza que se fue, es una pena. Y es una muestra de que en este país no quiere vivir nadie. No quieren vivir ni los jueces. Los policías están locos porque les den la baja para irse, y hasta los dirigentes del Partido se quieren ir.

«Los que no se van, porque no pueden o porque el gobierno no los deja, intentan mandar delante a los hijos. Mira el caso del hijo de Manuel Marrero. A ese muchachito no le faltaba nada. Yo sigo las redes, soy ingeniero y me gusta estar informado, y lo ví en aviones privados, playas hermosas, lo mismo que los descendientes de la familia Castro. Y si aún así se quieren ir, por algo será.

Una exjueza cubana que condenó a manifestantes del 11J pide asilo político en EEUU | DIARIO DE CUBA

(Hijo de Manuel Marrero)

«Yo croe que ellos saben que esto está malo. Y a la jueza le pasó lo mismo. Taabajaba para el gobierno, se rindió a las exigencias de los gobernantes, no tuvo valor para decir que no, cogió miedo y después quiso irse. Aunque a ella le gustaba codearse con los dirigentes, que yo lo sé y la veía.

«Este pueblo es una ruina. No hay calles, nada funciona, no hay comida… yo tengo viandas porque siembro un conuco con un amigo y allí cosecho frijoles, boniato, ajo, cebolla, ají, alguna malanga, yuca y maíz, pero hay que tener mucho cuidado, porque hay muchos ladrones. Entre ellos los policías: hace unos días yo venía en bicicleta con dos jabas de vianda, yuca, malanga y boniato, y dos morenos descarados, vestidos de policía, me las querían quitar, porque dicen que no podía andar con esos productos.

Publicación de Sandro Castro desata las críticas de cubanos: "Viviendo del comunismo"«Solo que cuando me vieron hablar, se dieron cuenta de que yo no soy un guajiro de esos que son pobres diablos y con los cuales abusan. Los iba a denunciar, pero no tienes dónde hacerlo. Porque ningún juez puede hacer eso, y a la estación no puedes ir a poner una denuncia a ninguno. La policía cubana es una mafia. Y sino me crees, pregunta acá quiénes son los que mandan a matar vacas, a robar cosechas de ajo, a robar en los campos de noche. Todo eso lo sabía a jueza esa. Ella también formó parte de todo ese tinglado».

Sin embargo, no todos creen que sería justo que a Melody González Pedraza la devolvieran. Angela Chávez, que fue maestra en una escuela donde ella estudió, cree que «deberían dejarla en Estados Unidos, para que vea cómo se vive allí, cómo se respetan las leyes, cómo se vive en un lugar digno. A mí me invitó una sobrina hace como seis años y pasé tres meses allá. No debí haber vuelto. Aquello es otro país.

«Si la dejan allá, cada día que pase allí, sentirá más remordimiento por las cosas que hizo en Cuba, por los jóvenes a los que sancionó injustamente», refirió.

Los encrucijadenses son gente buena, pero algunos son rencorosos, y a la jueza de la polémica no le van a perdonar nunca lo que hizo. «Si fue HP, debió quedarse acá, a vivir con quienes le pagaban sus maldades», me comentó una mujer que compartía asiento conmigo en un almendrón camino a Santa Clara. Y luego me aclaró que «ella podía ser mi hija, así que no quiero estar en la piel de su familia».

En estos pueblos la vida es dura y sobrevivir es una tarea difícil. Eso fue lo primero que me dijeron los vecinos de Encrucijada con los cuales hablé. Todos dicen que el cubano va perdiendo el miedo a hablar, pero casi ninguno te autoriza a usar su nombre, porque todos saben que hay un aparato represivo tremendo detrás, y como me dijo Manuel, «si en la calle cuesta sobrevivir, te imaginas cómo sería en prisión».

 

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