Historias de la Literatura
Madrid.- Luego de varios intentos fallidos, el 25 de abril de 1911, a los 48 años, Emilio Salgari se quitó la vida haciéndose el harakiri.
Antes de suicidarse, escribió tres cartas: una dirigida a sus hijos, otra a sus editores y otra a los periódicos de la ciudad.
La más elocuente de ellas, fue la dirigida a sus editores: «A vosotros, que os habéis enriquecido con mi piel, manteniéndome a mí y a mi familia en una continua semimiseria o aún peor, sólo os pido que, en compensación por las ganancias que os he proporcionado, os ocupéis de los gastos de mis funerales. Os saludo rompiendo la pluma».
En 1889, comienza una serie de desgracias en la vida de Salgari. Tras el fallecimiento de su padre, sobreviene la muerte de dos de sus hijos, todos por suicidio.
Esta situación, sumado a las crecientes deudas económicas, lo llevan a él mismo a intentar suicidarse clavándose un cuchillo en el corazón.
En 1911 muere su esposa lo que lo termina de deprimir. Salgari le había anunciado en una carta: «voy a morir al Valle de San Martino… El cadáver se encontrará en uno de los barrancos que conocen, porque íbamos allí a recoger flores».
Su cuerpo fue encontrado en Turín con el rostro vuelto hacia el cielo y el abdomen abierto según la forma tradicional japonesa del harakiri.