Por el momento, aclaró, no se han cuantificado víctimas y al menos tres mil ciudadanos están en refugios, pero el mandatario anticipó mayores afectaciones porque las dos islas seguirán durante toda la tarde bajo el asedio de fuertes marejadas combinadas con vendavales y aguaceros que dejarán extensas inundaciones.
Por el momento no se han podido evaluar los daños en Carriacou y Petit Martinique, porque no se ha podido viajar allí, como es lógico, a pesar de lo cual adelantó que las labores de recuperación se iniciarán nada más pasen los efectos de meteoro.
Beryl tocó tierra en la mañana de este lunes por Carriacou como un huracán de categoría cuatro y vientos máximos sostenidos de 241 kilómetros por hora, lo cual lo convirtió en el más fuerte que azota la zona por esta época.
Sus aguaceros, vientos y marejadas también afectan a San Vicente y las Granadinas, Trinidad y Tobago, y Barbados.
En este último país, comenzaron a salir los reportes e imágenes de las secuelas, se supo de al menos dos incendios, devastación en algunas marinas, así como árboles y postes eléctricos caídos.
Beryl es el primer huracán de la actual temporada ciclónica en el Atlántico, sigue como categoría cuatro y pasará a la historia como uno de los más inusuales y peligrosos.
Aparte del Caribe, países de Suramérica y Centroamérica también alistan los preparativos y movilizan recursos con vistas a evitar afectaciones debido a las lluvias, inundaciones y otros posibles desastres asociados al temporal.
En México, por ejemplo, lo aguardan para el jueves, en tanto en Cuba hay preocupación porque saben que cualquier cambio en su dirección, hacia el norte, pasaría por la isla y agravaría aún más la ya complicada situación del país.
Cuba atraviesa una crisis generalizada, que incluye falta de alimentos y medicinas, mientras la mayoría de la población quiere abandonar la isla, en tanto los dirigentes hablan de victorias y avances.