Tomado de MUY Interesante
Algunos científicos cargan contra los periodistas, a quienes no consideran capacitados para la divulgación.
México DF.- esde que se popularizó este lío de los blogs, la sempiterna discusión sobre quién debe divulgar la ciencia se ha recrudecido. Algunos científicos con el gusanillo de la divulgación metido en el cuerpo disparan cañonazos contra el periodismo científico en general: “Los periodistas no entienden los vericuetos con suficiente detalle para hacer una buena crítica”, dice, por ejemplo, el biólogo del NIEHS Daniel D. Brown en su bitácora sobre la biología del desarrollo del cerebro.
Quienes lo padecen no suelen aplicárselo a ellos mismos o, quizá, creen que tener un doctorado les convierte en competentes para hablar de cualquier asunto. Solo así se puede entender al propio Zivkovik, cronobiólogo, hablando de política; o al matemático autor de EvolutionBlog discutiendo la teodicea el irresuelto problema teológico de por qué un dios bondadoso permite el mal en el mundo; o al médico responsable de Bad Science escribiendo sobre el cambio climático. El caso de Pharyngula el blog de ciencia más influyente del mundo, según la revista Nature; escrito por el biólogo P. Z. Myers, es sintomático. A la fecha, en un simple recuento de sus cuatro primeras páginas, encontramos tres entradas breves dedicadas a la ciencia, pero 13 sobre religión. El resto es una miscelánea temática. Es más, si uno recorre las bitácoras de ciencia más visitadas, descubrirá que su triunfo mediático no viene motivado por los posts dedicados a la divulgación, sino porque el autor ofrece su opinión y si es con cierto desparpajo, mejor sobre asuntos de política o religión.