¿SE PUEDE PERDER LA CUBANÍA?

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Por Eduardo Díaz Delgado ()
La Habana.- Con la noticia de que el gobierno juega con la posibilidad de decidir sobre la cubanía o no de alguien nacido en Cuba, ha habido mucha gente indignada, como era de esperar. Sin embargo, me ha sorprendido muchísimo la cantidad de gente a la que ni siquiera le importa, que hasta ve con buenos ojos perder la ciudadanía cubana, pues parece un lastre que no da ningún beneficio.
Esto me da tremenda tristeza porque veo, hasta cierto punto, que el conflicto entre los verdugos y los que pagamos los platos rotos se debe a la coexistencia en un país que es invivible, y no por los deseos de que sea algo hermoso de lo cual nos podamos sentir muy orgullosos.
Hace un tiempo se habló en televisión nacional y se polemizó al respecto sobre la idea de que se estaba perdiendo el orgullo por ser cubanos, puesto que la gente asociaba ser cubano con pasar trabajo por la crisis crónica que se vive en Cuba desde que triunfó la revolución y que se agravó en los noventa. Entiendo los malestares, entiendo las ganas de tener una vida mejor, pero no entiendo la renuncia a una de las poquísimas cosas que es un derecho en un lugar donde se carece de tantos derechos.
Cuba se las ingenia para castigar salidas ilegalesPertenecer a un lugar, entiendo que no es solamente haber nacido ahí. Hay veces que sentimos que ni siquiera pertenecemos a nuestras familias cuando se da el caso. Pero la masividad con la que veo a gente que no pertenece o no se siente parte de Cuba, por muy mal que esté, no deja de sorprenderme. Tengo una idea bastante clara de por qué se rechaza al país y a la cubanía, pues la revolución, entre sus escasos logros, ha logrado confundir y mezclar patria con socialismo, patria con revolución, e incluso patria y país con gobierno y gobierno con estado. Esta mezcla les ha sido verdaderamente útil, pero para nosotros ha sido como un talón de Aquiles. Es sabido el rechazo masivo que hay hacia el socialismo en Cuba, hacia la revolución, hacia el comunismo, hacia el desastroso gobierno actual y hacia la torpeza creciente de la superestructura que conocemos como estado.
Evidentemente, si no tienes los conceptos claros y puedes llegar a confundir partido comunista de Cuba y gobierno con la patria, es lógico que podrías sentir rechazo profundo por la tierra que te vio nacer, pues el gobierno, estado, revolución y partido se han ganado con creces y con motivos suficientes el rechazo de muchísima gente. Lo que sí me llama la atención es cómo, a pesar de haberse aclarado miles de veces que son conceptos totalmente diferentes y que realmente mezclarlos es usurpar el valor que tienen los que son de todos, es decir, el país, la nación y la patria, me parece una derrota ver a los ciudadanos renunciar a su patria con tal de no coexistir con su gobierno. Incluso he visto gente deseando que se les retire la ciudadanía si esto es motivo suficiente para ser deportados a cualquier país, porque, estemos claros, el peor país para que viva un cubano es Cuba. Muchas veces donde último se quiere estar es en Cuba.
Muere cubano al intentar cruzar el Río BravoTambién muchas veces se ignora que emigrar, por muy bonito que parezca, es de las cosas más difíciles que puede hacer una persona cuando deja cosas bonitas detrás: familia, seres queridos y tu historia. Emigrar, incluso para un buen lugar, incluso con un buen trabajo, es una de las decisiones que más me cuestiono todos los días cuando me levanto y repito: no la paso mal. Pero la parte que le falta al emigrante cuando se tienen padres e hijos lejos pesa tanto que solo el deseo de poderlos rescatar de un infierno es capaz de dar fuerza para soportar esas carencias emocionales.
Hoy Cuba está llena de familias a las que les faltan los hijos, de familias a las que les faltan los padres, algunas veces temporalmente y otras, muy dolorosas, porque se pierde un integrante de la familia en el camino. Un éxodo es de las cosas más dolorosas que enfrenta un país. Es el desangramiento de una sociedad viendo cómo se van sus hijos, a veces sus mejores hijos. Pero incluso así, ver la actitud y la derrota de los cubanos es algo que va a ser muy difícil de asimilar, sobre todo sabiendo que esa derrota es hasta que nosotros queramos. No necesitamos un esfuerzo tan grande como el de desprendernos de las cosas que queremos, es muchísimo más simple.
Una veintena de migrantes de la caravana intenta saltar el muro con Estados  UnidosEn estos momentos me cuestiono si ha valido la pena que tantos hombres buenos hayan muerto, me pregunto si ha valido la pena tanta sangre, tanto sacrificio, me pregunto si somos herederos dignos de esas personas. Me pregunto si somos descendientes dignos de esas personas, porque muchas veces tenemos abuelos y bisabuelos que arriesgaron su vida o murieron en alguna lucha por la libertad de Cuba. Me parece muy triste todo.
«El amor, madre, a la patria
no es el amor ridículo a la tierra,
ni a la yerba que pisan nuestras plantas;
Es el odio invencible a quien la oprime,
es el rencor eterno a quien la ataca»
-Un hombre que amó a su patria-