Por Rafael Muñoz ()
Berlín.- He escuchado, revivido este concierto hoy. En mi opinión, el concierto (o serie de conciertos) más significativos que ha visto Cuba en toda su historia. Nadie como él removió la isla de una punta a la otra.
«Vino a bailar a casa del trompo y bailó» -fue el titular del diario Granma tras su partida y nunca ha tenido más razón.
Oscar D’Leon nos enseñó a los jóvenes de aquella generación el valor de nuestra propia música. He podido verlo dos veces en Alemania, pero nada como aquella vez, hace ya 40 años y que recuerdo como ayer.
Hoy hace falta otro tsunami parecido que borre el reggaeton y vuelva a encauzar a Cuba en su historia musical.
A propósito, una amiga me recuerda que yo de pequeño arrastraba la R. Y como en aquella época no se usaba eso de ir al logopeda ni nada parecido, así llegué con mi R a rastras casi a la universidad.
Fue imitando a Oscar D’Leon cuando cantaba «El derecho de naceRRR» que pude resolver de manera autodidacta ese «problema». Aún la pronuncio medio rara, pero nada como entonces.