Por Anette Espinosa ()
La Habana.- La dictadura mostró su aparente buena cara este sábado, al contar casi en tiempo real, a través de sus mecanismos oficiales, u oficiosos, el control del incendio en el edificio Girón, ubicado en F y Malecón, en El Vedado.
El Girón, quiero aclarar es un edificio en pésimo estado de conservación, a pesar de que se construyó porque alguien, alguna vez, decidió premiar el proyecto, porque lo consideró el ideal para esa zona de la capital cubana.
En el Girón, por ejemplo, nunca hay agua. A pesar de estar casi al nivel del mar, en una zona de las más bajas de la capital, el líquido más importante para la vida es un anhelo para sus inquilinos, muchos de los cuales están ahora en el grupo de los damnificados, e imagino que se hagan cientos de interrogantes sobre su futuro.
En La Habana ocurren cada día derrumbes e incendios y muchas personas se quedan sin hogar, y el gobierno intenta colocarlos en casas de familia, y cuando no puede ser, apelan entonces a los llamados albergues, donde hay muchos, centenares, desde la década de los años 60, algo así como más de medio siglo.
El gobierno, cuando tiene una casa disponible, por la razón que sea, prioriza a sus dirigentes, luego a sus militares, después a los amigos de los dirigentes, a las amantes de estos, traídas incluso desde el interior, deportistas famosos, y muy pocas veces miran para esos albergues para intentar rescatar a alguna de las familias que viven allí.
Los damnificados del Girón, que pueden ser más de 600, porque ahora mismo nadie sabe los daños estructurales que sufrió el edificio, enfrentan una situación desesperada. Ayer les dieron atención, los llevaron al médico, los alimentaron, pero mañana pasarán a la larga lista de olvidados.
Y en cualquier momento llegarán las autoridades y le pondrán al edificio el cartel de inhabitable, lo cual obligara a todos a irse, lo cual sería ideal para GAESA, porque donde está el Girón se puede construir un buen hotel, a menos de 10 metros del ministerio de Turismo. Sería el golpe perfecto, pensarían algunos.
Si ahí levantan un hotel, a nadie indemnizarían por haber perdido su vivienda y lo que es peor, entonces, por ejemplo, siempre habrá agua, porque así sucede siempre. Donde nunca hubo agua, donde jamás llegó o había que traerla en pipas, como a la beca de F y 3ra, que está unos metros detrás, ahora, con el posible nuevo hotel, sobrará.
¡Estad alertas, vecinos del Girón, no se les vienen días buenos por delante! Y después no digan que no los advirtieron.