Tomado de MUY Interesante
Hay un motivo sorprendente por el que las jirafas presentan un cuello de tantos centímetros (y no es para alcanzar las ramas altas).
Madrid.- Según el naturalista inglés Charles Darwin, en su magna obra “Sobre el origen de las especies”, hace muchos millones de años, las jirafas desarrollaron cuellos más largos para alcanzar más hojas de los árboles y sobrevivir a los competidores, en línea con la teoría de la supervivencia del más apto. De la misma forma, Jean Baptiste Lamarck también sugería esta misma línea evolutiva. Sin embargo, un equipo de biólogos estadounidenses de la Universidad Estatal de Pensilvania aporta una nueva teoría que explicaría por qué tienen el cuello tan largo las jirafas. Y, en esencia, creen que fueron las hembras las que impulsaron este característico rasgo evolutivo.
Por las hembras
Así las cosas, contrario a la creencia que sugiere que la competencia entre los machos impulsó una mayor longitud del cuello, los investigadores exponen que las jirafas hembras tienen cuellos proporcionalmente más largos, lo que implica que las necesidades nutricionales podrían haber influido en esta evolución.
En 1990 los científicos propusieron una hipótesis llamada “cuello por sexo”, por la que los machos acabaron desarrollando cuellos más largos en su competición por el dominio y para impresionar a las hembras (al tener cuellos más largos y anchos podían golpearse la cabeza con más fuerza para llamar la atención de las potenciales hembras). Esto es, un cambio evolutivo impulsado por la selección sexual. Los machos adultos tienen patas delanteras más largas (efectivas para montar a la hembra durante el apareamiento) y cuellos más anchos (que pueden recibir golpes de los machos rivales durante las peleas).
¿Tenían razón?
Dado que determinar el tamaño únicamente a partir de imágenes es un desafío, se centraron en las proporciones del cuerpo, comparando la longitud del cuello con la altura total de los animales.
Según los expertos, en el momento del nacimiento, tanto las hembras como los machos presentan la misma proporción corporal; no hay diferencias en la longitud de su cuello. Sin embargo, a partir de los tres años, son los machos los que empiezan a crecer más, notándose una gran diferencia con respecto a las hembras de jirafa. Sin embargo, su análisis reveló que, con respecto al tamaño de su cuerpo, las hembras tienen cuellos más largos y los machos patas delanteras mas largas y cuellos más anchos. Este patrón fue consistente tanto en jirafas cautivas como salvajes.
“Las jirafas son quisquillosas con la comida: comen sólo las hojas de unas pocas especies de árboles, y sus cuellos más largos les permiten llegar más profundamente a los árboles para obtener las hojas a las que nadie más puede llegar. Una vez que las hembras alcanzan los cuatro o cinco años de edad, casi siempre están preñadas y amamantando, por lo que creemos que el aumento de las demandas nutricionales de las hembras impulsó la evolución de los largos cuellos de las jirafas”, apuntan los expertos. «La hembra tiene un esqueleto axial proporcionalmente más largo (un cuello y un tronco más largos) y tiene una apariencia más inclinada, mientras que los machos son más verticales».
«La hipótesis del cuello por sexo predijo que los machos tendrían cuellos más largos que las hembras», explican los autores en su trabajo publicado en la revista Science. “Y técnicamente tienen cuellos más largos, pero todo lo relacionado con los machos es más largo; son entre un 30% y un 40% más grandes que las hembras. En este estudio, analizamos fotografías de cientos de jirafas Masai salvajes y cautivas para investigar las proporciones corporales relativas de cada especie y cómo podrían cambiar a medida que las jirafas crecen y maduran”.
El equipo no rechaza la hipótesis del cuello por sexo, tal y como comentan pero si tuvo algún efecto, probablemente llegó más tarde. Establecen una causa más efectiva por la función de las hembras: “La evolución inicial del largo cuello y las patas de la jirafa fue impulsada por la competencia interespecífica y las demandas nutricionales maternas de la gestación y la lactancia a través de la selección natural para obtener una ventaja competitiva”, concluyen.
El equipo de investigación también está empleando la genética para identificar las relaciones dentro de grupos de jirafas salvajes, con el fin de comprender mejor cuáles machos tienen mayor éxito reproductivo. El objetivo es aportar más información sobre la elección de pareja y la selección sexual, además de orientar los esfuerzos de conservación de esta especie en peligro de extinción.
«Si la búsqueda de alimento por parte de las hembras está impulsando este rasgo icónico como sospechamos, realmente resalta la importancia de conservar su hábitat cada vez más reducido», dijo Cavener. «Las poblaciones de jirafas masai han disminuido rápidamente en los últimos 30 años, en parte debido a la pérdida de hábitat y la caza furtiva, y es fundamental que comprendamos los aspectos clave de su ecología y genética para diseñar las estrategias de conservación más eficaces para salvar a estas majestuosas jirafas».