Por Alden González Díaz ()
Santiago de Cuba.- Paul McCartney acaba de cumplir 82 años. También ayer me di cuenta de que el pasado viernes salió su muy disfrutable nuevo álbum ‘One hand clapping’.
Mientras escuchaba el disco, pensaba en el privilegio que significa haber sido testigo presencial de la única visita de un beatle a Cuba. Los que allí estuvimos no deberíamos dejar de hablar de esa experiencia nunca, pues en la práctica es como si eso no hubiera pasado, supongo que por lo «alejado».
Siempre estaré agradecido al difunto Julio Domínguez por tomarse el trabajo de localizarme para decirme que McCartney iba para la Casa de la Trova.
Me advirtió que no debía haber prensa, así que lo que hice fue llamar a algunos amigos. Pero de testarudo una vez que llegué a la Trova llamé al periódico Sierra Maestra para que mandaran un periodista y la que salió al teléfono después de soltar una bien sonora carcajada dijo: «Oye Fulanita hay un comemierda ahí diciendo que Paul McCartney va para la Casa de la Trova», y me colgó -con la risa en fade out.
Lo de comemierda lo enfatizó bastante. Y na’, lo recuerdo y me río también.
