Por Anette Espinosa ()
La Habana.- Luego de darle de lado muchas veces en los últimos tres años a la posibilidad de colaborar con Cuba en la construcción de plantas generadoras de electricidad, al fin el gobierno ruso aceptó, al menos, negociar con el representante de La Habana, que no es otro que el mismo de siempre, el vice primer ministro Ricardo Cabrisas.
Cabrisas se reunió este viernes en la capital rusa con el ministro de Energía de aquel país, Serguéi Tsiviliov, con el objetivo de llegar a un acuerdo para la cooperación en el campo de la construcción de instalaciones energéticas en la isla caribeña, según una nota de la institución rusa.
«Serguéi Tsiviliov mantuvo una reunión de trabajo con el vice primer ministro de Cuba, Ricardo Cabrisas. Los participantes en la reunión examinaron las posibilidades de cooperación en el sector de combustibles y energía, los temas clave: la interacción en el campo de la construcción de instalaciones energéticas en Cuba», dice la nota, de la cual se hizo eco la agencia Sputnik en su versión en español.
La publicación destaca que, según el ministro ruso, la construcción de nuevas instalaciones energéticas es un paso importante para restablecer la funcionalidad del sistema energético cubano.
Al mismo tiempo, dice que el ministro «expresó su confianza en que atraer las competencias y la experiencia de los especialistas rusos contribuirá significativamente al desarrollo de la industria energética cubana.
Cabrisas y Tsiviliov también dialogaron sobre la cooperación en los sectores del petróleo y el gas.
Según la nota, Rusia y Cuba lograron buenos resultados de la producción petrolera en el marco del proyecto conjunto en el yacimiento de Boca de Jaruco.
Tsiviliov también enfatizó que el intercambio de experiencias profesionales contribuirá al desarrollo del diálogo energético entre Rusia y Cuba.
Hasta ahora, Rusia no le había prestado mucha atención al interés de La Habana por la generación de energía eléctrica, pero, al parecer, los dirigentes cubanos hicieron alguna nueva concesión -léase lo del submarino y los otros tres navíos en el puerto de La Habana- y Moscú terminó por aflojar.
Solo que hace falta ver hasta dónde llega el interés de Moscú, quien hace cuatro años le otorgó, nominalmente, un crédito de mil 100 millones de dólares a Cuba para que aumentara su capacidad de generación, pero el dinero, por causas que oficialmente se desconocen, nunca llegó a Cuba.
