Por Madelyn Sardiñas Padrón ()
Camagüey.- Este post es la evidencia de que cuando comencé a escribir y publicar en este medio era tronco de ignorante. No es que ahora sepa mucho, pero algo he aprendido.
En aquel entonces no era, para nada, una persona que se oponía al poder en Cuba y sólo pretendía llamar la atención sobre asuntos de interés común, acerca de los que, pensaba yo, la máxima dirección del país estaba dispuesta a solucionar con el aporte de todos los que quisieran hacerlo. De hecho, lo que me animó a escribir fueron las intervenciones de los mismos dirigentes, quienes en cada intervención decían estar pendientes de lo que se comentaba en las redes sociales, porque «tenían el oído pegado al suelo».
¡Ingenua yo! Lo que nunca pasó por mi cabeza, por pura ignorancia como ya dije, era lo lejos que estaban ellos de usar esas opiniones que se vertían en las redes para solucionar los problemas.
Lo cierto es que poco a poco y con el diccionario a mano «descubrí el agua tibia»: en Cuba no existe un Estado de Derecho, sino una dictadura totalitaria militar y la Constitución de la República es letra muerta.
Aprender, y además decirlo públicamente, me han costado dos citaciones a «entrevistas» (15 de octubre de 2021 y 19 de mayo de 2023) y dos detenciones arbitrarias (14 de noviembre de 2021 y 11 de julio de 2023), así como la violación de mi derecho al trabajo (me han discriminado en cuatro empleos diferentes, a saber, CONAS S.A., OTN Camagüey, Dirección de la Aduana en Camagüey y la ECNA de Camagüey, en ese orden).
Hoy me declaro abiertamente en contra del sistema imperante en mi país en todos sus órdenes.
Por eso acudo al parque Agramonte de Camagüey cada día 18 y haré todo lo que esté en mis manos por las vías legales y de la manera más pacífica posible para NO MORIR CON LOS BRAZOS CRUZADOS.
