Por José Alberto Méndez ()
Holguín.- No tiene sentido que el mundo esté dividido en cuatro bloques y cinco horarios de apagón. Así no puede ser el mundo, no tiene sentido que exactamente a las tres de la mañana de cada día, de cada semana, de cada mes, se me interrumpa el sueño, porque así lo previó un inteligente que no pudo o no quiso pensar en las consecuencias a largo plazo de no dormir de un tirón las horas necesarias. No tiene sentido.
Supongo que alguna fuerza superior me condenó a pensar demasiado. La cabeza se me hincha de tanta mala idea, pero no digo nada, porque realmente no se que decir. Me sujeto a la realidad que dibujan mis perros jadeando, los mosquitos en su atareo, los vecinos que callan (extraño a los vecinos que tocaban cazuelas) la moto eléctrica que pasa con el reparto a todo volumen… “.
Desde hace tres días no tengo agua. Tres mil pesos vale una pipa, el salario de dos jubilados, y luego viene acueducto y te cobra lo que no te garantiza. Y así la Empresa Eléctrica, Etecsa, las organizaciones sociales, civiles, profesionales… todos te cobran por engañarte de alguna forma… y vas y les pagas, y te callas.
¿Cuánto faltará? ¿Cuál será nuestro límite? ¿Cuál la gota que colme el vaso? La verdad: no entiendo nada, nunca me tuve por valiente pero tampoco me pensé cobarde, y mira tú…
Imponerle a una persona la condición de habitante de este pantano es un crimen de lesa humanidad. Me pasaré la vida pidiendo disculpas.
Desde hace días me dan vueltas en la cabeza unas palabras, que resumen perfectamente lo mal que estamos: “si no se fuera la corriente…” como diciendo: “solo eso pedimos, con eso basta”.
Vaya mierda de realidad la que nos han impuesto, y yo aquí, sin saber si existo porque pienso o si pienso porque existo, en fin, una locura total descubrirse cobarde a esta altura del inning.
Realmente está comenzando a perder el sentido escribir sobre esta realidad, entre otras cosas, porque esta no puede ser la realidad, la negación esta comenzando a colonizar mi subconsciente y me repite todo el tiempo: “esta no puedes ser la vida”, y yo le creo, porque esta no puede ser la vida; y si alguien me hubiese dicho que era esta, creo que no me apuntaba.
