Por Madelyn Sardiñas Padrón y Anet García (La Hora de Cuba)
La Habana.- En el análisis anterior nos quedamos en la necesidad de efectuar un plebiscito en aras de formar una Asamblea Constituyente. Para asegurar su transparencia, en caso de convocarse, la actual Asamblea debe garantizar que:
a) Comparezcan en todos los medios de difusión en igualdad de condiciones y oportunidades, representantes tanto de los que realizaron la petición, como de sus detractores.
En todos los casos, las intervenciones se limitarán, exclusivamente, a exponer las ventajas o desventajas del Sí y el No, según sea el caso, sin emitir juicios o calificativos contra persona alguna, ni insinuar que el asunto se trata de «planes macabros» de enemigo alguno.
b) Se reconozca la existencia de movimientos cívicos y se desbloquee el acceso a sus plataformas digitales, para que sean sus miembros quienes defiendan su posición, de la misma forma que lo harán los militantes del partido único.
c) Se convoque la presencia de observadores internacionales.
Asimismo, los movimientos cívicos garantizarán la presencia de sus miembros en el conteo de los votos emitidos durante el plebiscito y los consulados de Cuba garantizarán las condiciones para que todos los ciudadanos cubanos dispersos por el mundo puedan ejercer su derecho al voto.
Si con todo esto la mayoría de los ciudadanos cubanos optara por el No, el pueblo estaría declarando al mundo que es feliz viviendo «en oprobio sumidos».
Si, por el contrario, predominara el Sí, la Asamblea actual aprobaría la ley electoral transitoria y convocaría la elección de los diputados a la Constituyente.
Para que la nueva Ley de Leyes implique una transformación radical del modelo político actual hacia uno democrático debe eliminarse, en primera instancia, el unipartidismo del artículo 5 y el derecho de unos a golpear a otros por la sencilla razón de aspirar a un modelo diferente, que aparece en el artículo 4 de la norma actual.
Asimismo, la nueva norma debería incluir, de manera explícita, la prohibición de la discriminación por motivos políticos.
De igual forma, debe eliminarse la cláusula de irrevocabilidad del socialismo, por resultar contraria a los principios dialécticos. Sobre otros aspectos del nuevo modelo, cada quien puede opinar en el transcurso del proceso de elaboración de la norma, que debe ser objeto de consulta popular y posterior referendo para su entrada en vigor.
