Tomado de MUY Interesante
Según el tamaño de su huella fosilizada, este nuevo dinosaurio debió de medir cinco metros de largo y dos de alto, un tamaño que rompe con las concepciones establecidas para su clado.
Madrid.- En el imaginario popular, Velociraptor ha sido sinónimo de terror y astucia desde su aparición en «Parque Jurásico», donde estos depredadores del tamaño de un humano dejaron una impresión que todavía tenemos presente muchos de nosotros. Sin embargo, la realidad científica es aún más fascinante. Recientemente, en la provincia de Fujian, en China, se ha descubierto un gigante que redefine este grupo: el Fujianipus yingliangi. Este deinonicosaurio, del cual solo conocemos sus huellas, mediría cinco metros de largo, lo cual desafía nuestras percepciones y amplía drásticamente el espectro de tamaño conocido para estos antiguos cazadores.
Reconstrucción de ‘Fujianipus yingliangi’. Yingliang / Xing et al. 2024
«Lagartos de garras terribles»
Los deinonicosaurios, cuyo nombre se traduce como «lagartos de garras terribles», comprenden un grupo diverso de terópodos que incluye a Velociraptor, el género de dinosaurio famoso por su representación en la cultura popular. A diferencia de la imagen cinematográfica de criaturas intimidantes y de tamaño humano, los velociraptor reales eran mucho más pequeños, con una estatura que apenas superaba el medio metro, semejante a la de un faisán grande. Los deinonicosaurios se caracterizan por su distintiva garra curvada en el segundo dedo del pie, adaptada probablemente para cazar y trepar, sugiriendo un estilo de vida tanto arbóreo como terrestre. Además, este grupo muestra una gran variabilidad en tamaño y hábitos, desde formas pequeñas hasta gigantes como el recién descubierto Fujianipus yingliangi, desafiando la noción de que estos animales eran uniformemente diminutos y ágiles cazadores nocturnos.
Huella fósil hallada en China. Xing et al. 2024
El descubrimiento de un nuevo dinosaurio
El descubrimiento de Fujianipus yingliangi surgió de un hallazgo impresionante en las afueras de la ciudad de Lincheng, provincia de Fujian, China. En esta región, conocida por su rica historia paleontológica, se desenterraron cinco icnitas (huellas fósiles) que llamaron la atención de los científicos. Estas huellas, las más grandes de su tipo hasta la fecha, miden aproximadamente 36 cm de largo por 17 cm de ancho, indicativas de un deinonicosaurio de dimensiones colosales. La profundidad y el espaciamiento de estas huellas sugieren que el Fujianipus yingliangi alcanzaba los cinco metros de largo y los dos metros de altura, lo que lo posiciona como el miembro más grande conocido de su grupo. Estas huellas no solo proporcionan una ventana a su impresionante tamaño, sino también a la potencial estructura y biomecánica de un depredador dominante de su ecosistema.
Reconstrucción de esqueleto de ‘Velociraptor mongoliensis’. Ben Townsend / Wikimedia
Dinosaurios diversos y ¿gigantes?
El hallazgo de Fujianipus yingliangi arroja luz sobre la notable diversidad y adaptabilidad de los deinonicosaurios. Tradicionalmente, se creía que el gigantismo en dinosaurios carnívoros se limitaba a latitudes más altas, donde la competencia por los recursos y la presión predadora eran menores. Sin embargo, Fujianipus, encontrado en una latitud considerablemente más baja, sugiere que el gigantismo también era posible en climas y ecosistemas más competitivos y variados.
Este descubrimiento indica que los deinonicosaurios no solo eran más diversos en tamaño y forma de lo que se pensaba anteriormente, sino que también eran capaces de adaptarse y prosperar en una variedad de entornos. La capacidad de alcanzar tamaños tan grandes en áreas con densas poblaciones de depredadores y presas subraya una compleja dinámica ecológica y evolutiva, que ahora los científicos están empezando a comprender mejor. Este gigantismo esporádico nos revela un capítulo fascinante y previamente desconocido en la historia de estos antiguos cazadores.
La aparición de Fujianipus yingliangi tiene importantes implicaciones en la clasificación y entendimiento de los deinonicosaurios, especialmente de los troodóntidos. La inclusión de esta especie gigante sugiere una revisión necesaria de la taxonomía y filogenia del grupo, ya que los troodóntidos eran considerados principalmente de tamaño pequeño a mediano. Este descubrimiento apunta a una variabilidad mucho mayor en el tamaño corporal dentro de los troodóntidos y posiblemente indica diferentes estrategias evolutivas y adaptativas en respuesta a presiones ambientales y ecológicas.
Además, el tamaño y las características morfológicas inferidas de Fujianipus indican que poseía capacidades de caza potencialmente avanzadas. Los troodóntidos son conocidos por su cráneo proporcionalmente grande y ojos bien desarrollados, sugiriendo una inteligencia comparable a la de las aves modernas. Fujianipus, al ser considerablemente más grande, probablemente representaba un depredador supremo en su ecosistema, utilizando tanto su inteligencia como su físico imponente para dominar a sus presas. Estos atributos subrayan la complejidad y sofisticación en los comportamientos de caza de los deinonicosaurios.
Este nuevo descubrimiento rompe con el tamaño atribuido de manera general a Velociraptor. PaleoNeolitic / Wikimedia
Los grandes depredadores se abren camino
Fujianipus yingliangi amplía nuestra comprensión de los deinonicosaurios, situándolo junto a gigantes como Austroraptor y Utahraptor, conocidos por su tamaño imponente. A diferencia de estos, que se encontraron en América, Fujianipus representa a los deinonicosaurios de Asia, sugiriendo que el gigantismo era una estrategia evolutiva global dentro de este clado. Este hallazgo desafía la idea de que los grandes depredadores terópodos estaban limitados geográfica o ambientalmente, revelando un panorama más complejo de adaptabilidad y diversificación. Fujianipus no solo reescribe la historia de su propio grupo, sino que también nos hace reconsiderar las dinámicas ecológicas del Cretácico.
El hallazgo de esta huella fósil en China marca un hito significativo en nuestro entendimiento de los deinonicosaurios. Este descubrimiento subraya cómo cada nueva evidencia puede alterar profundamente nuestra comprensión del pasado prehistórico. La constante evolución de nuestro conocimiento científico, impulsada por descubrimientos como este, nos recuerda que el registro fósil aún guarda secretos esperando ser desvelados. La historia de la vida en la Tierra es mucho más compleja y fascinante de lo que a menudo imaginamos, y cada hallazgo nos acerca un paso más a comprenderla en su totalidad.
