Porto Alegre.- Fuertes lluvias azotaron una vez más partes del estado más meridional de Brasil el jueves, arruinando los esfuerzos de limpieza de varios días e inundando áreas que previamente habían permanecido intactas en la ciudad capital de Rio Grande do Sul, Porto Alegre. .
Las inundaciones récord del mes pasado mataron a 163 personas y desplazaron a unas 600.000 más. Otras 64 personas siguen desaparecidas.
Las lluvias se habían aliviado hasta convertirse en llovizna en los últimos días, las tiendas comenzaron a abrir y los residentes trabajaron para reconstruir.
Pero los cielos se abrieron una vez más el jueves por la mañana, provocando fuertes lluvias e inundando zonas de Porto Alegre nuevamente.
Una guardería en el barrio de Menino Deus, que había reabierto el miércoles después de una semana de limpieza, se vio obligada a evacuar cuando llegaron las lluvias.
«Todo sucedió muy rápido, (la inundación ocurrió) mucho más rápido que la última vez», dijo la directora de la guardería, que no dio su nombre.
Las inundaciones del jueves también afectaron a zonas de Porto Alegre, como en el sur, que hasta entonces habían salido ilesas.
Gimena Samuel tuvo que llamar a rescatar a sus padres ancianos en el barrio de Cavalhada, donde las calles estaban inundadas y los coches no podían pasar.
«Aquí hay muchas personas mayores que no pueden salir por sí solas», afirmó.
A principios de esta semana, la ciudad de Porto Alegre había pedido a los residentes que dejaran la basura en la acera para tirarla. Sin embargo, las nuevas lluvias arrastraron la basura a la calle, obstruyendo los desagües y empeorando las inundaciones.
El alcalde de Porto Alegre, Sebastiao Melo, dijo a los periodistas que la ciudad no estaba sorprendida por el aguacero, pero que era «excesivamente fuerte».
Los vecinos, sin embargo, se quejaron de la falta de aviso. (Reuters)
